Opino sobre la forma cómo han sido elegidos por ‘partidos’ a representantes de la ciudadanía. ¿Representantes de la sociedad?, pregunta que debe exigirnos aprehensiones ciudadanas al pretender escoger a alguien que nos represente; por ejemplo: ¿aquel es conocedor de lo que es representar a un conglomerado social con distintos requerimientos?, ¿qué sabe de las necesidades en salud para que surjan tantas quejas? ¿Son escasos los establecimientos de salud, a qué distancia están ubicados dando facilidades para llegar en casos de emergencia? ¿Dichas casas de salud tienen suficiente y eficiente personal para atender al público en sus penurias; las ha estudiado o por boca ajena escucha y cree saberlo sin base a investigación? Otro gravísimo problema: ¿qué entienden por inseguridad pública?, ¿se refiere a la escasez de policías, al sistema de gestión administrativa, al raquítico tratamiento teórico–práctico, a las leyes permisibles y jueces corruptos? ¿Ha visitado la cárcel para tener una idea de cómo es la vida de un preso por infracciones menores o por las más acuciantes de alarma pública? ¿Qué sabe sobre la ‘rehabilitación social’ de un preso? ¿Entiende lo que es cumplir las leyes laborables al tener bajo su responsabilidad a dos o más trabajadores a los que paga atrasado, les niega los beneficios de ley o abusa sabiendo que no hay mayor control laboral y puede impunemente perjudicar a aquel individuo bajo su dependencia?, ¿lo aprecia o solo es mera pieza humana para obtener más dinero?

No se puede improvisar a un funcionario público que va a ser mantenido con los fondos del pueblo, no del Estado, no del Gobierno; el primero es una entelequia antiquísima del derecho romano, y la segunda, es la integración de seres, tal vez incapacitados, que administrarán el dinero entregado por el pueblo en forma de varios impuestos. No importa. Serán nombrados porque las mentiras, calumnias, sinvergüencerías, le permitirán captar la voluntad de un pueblo cuya mayoría bordea la pobreza, carece de trabajo o de pésima instrucción, facilitando a los dizque ‘representantes’ (del pueblo), afianzarse en improvisación audaz, prepotente, cargada de megalomanía por creerse ‘elegidos’, sin principios éticos y morales, derivando robos, perjuicios, asaltos y más inmoralidades que originan atraso insultante. Pobre porvenir de nuestra patria arrastrada y amordazada por la mediocridad, rayando a lo criminal e influyendo cada día en la ‘libertad individual’ ligada a las decisiones de las fuerzas exteriores y no por decisiones propias. (O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil