El domingo 5 de febrero de 2023 tendremos nuevamente la oportunidad de sufragar por los candidatos que se presentan como las opciones para ‘solucionar’ los problemas de nuestras comunidades y el país.

Como ciudadanos tenemos el derecho de elegir y ser elegidos, pero no nos volvamos a equivocar en elegir a los no aptos para que nos representen. No nos dejemos llevar por la fundita de comida, la camiseta, la diversión que brindan que incluyen bailes, etc. Debemos sufragar no por lo que entregan y ofrecen, sino más bien por los planes de trabajo que presentan, las acciones que deben tomarse para proteger a nuestras familias con relación a la seguridad, la salud, al bienestar, al trabajo, al emprendimiento y a las nuevas oportunidades. Políticos siempre están ahí a la caza de ingenuos que por tal o cual ofrecimiento pueden captar sus votos; serán convincentes y con gran sutileza en el don de la persuasión. No es la política que hace a un candidato cometer delito sino el voto desinformado. Depende del votante leer, informarse, ser analítico de la situación actual y aprender que el país no cambiará solo hablando mal de la política corrupta, sino dejando de votar por la que es así. En las manos del pueblo está el verdadero poder para cambiar definitivamente o seguir en lo mismo.

Que la jornada electoral prime orden, seguridad y sobre todo el buen juicio. Que Dios bendiga siempre a nuestro país y a los que resulten electos autoridades, les conceda el don de servir y de la conciencia.

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Jorge Bruno Flores, arquitecto, Guayaquil