Tienen que parar el abuso de personas inescrupulosas que hacen negocio en la pandemia, acaparando por más de tres docenas, frascos de alcohol, gel desinfectante, cajas de paracetamol, complejos vitamínicos, pastillas de vitamina C, mascarillas, jabón líquido desinfectante, termómetros...; las esconden en bolsos, mochilas, cajas grandes y revenden a precios mucho más elevados afuera de las distribuidoras de insumos médicos y de las farmacias donde compraron para revender y sangrar al público que busca medicinas.

Dichos productos revendidos están infectados por las manos sucias de los revendedores dado que cogen monedas, billetes, comen, tocan los medicamentos, las mascarillas... Los inspectores de policía y de salubridad, los intendentes brillan por su ausencia. Cuando comenzó la pandemia en Ecuador, los acaparadores revendedores hicieron igual, abusos, dando lugar a la escasez de fármacos e insumos. De otro lado, tienen que controlar los precios en boticas, farmacias, distribuidoras, supermercados que venden alcohol, mascarillas, vitaminas, etc. (O)

Solange de Marín, Guayaquil