La solemnidad de Todos los Santos recuerda las virtudes heroicas de personas como cualquier otra, que tuvieron muchos defectos, pero un día decidieron cambiar, todo por agradar a Dios y para servir a las personas desinteresadamente, dar a conocer los Evangelios con palabra y acciones.

Trabajar por los pobres, hambrientos, enfermos, analfabetos, abusados, esclavizados, huérfanos, ancianos, abandonados, etc., para alcanzar la santidad, como Jesucristo pide. Caridad, humildad, amor, paciencia, generosidad, justicia, honradez..., para lograr la paz, la fraternidad, el amor. (O)

Gonzalo Lorenzo Mendieta, Daule