La actual estructura de la inteligencia ecuatoriana tuvo origen en la Ley de Seguridad Pública y del Estado y el Decreto 1768/09 firmado por el que era presidente, Correa, el 8 de junio de 2009; con esto apareció también la Senain (Secretaría Nacional de Inteligencia), que hasta ese año se denominó Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), y según el Reglamento a la extinta Ley de Seguridad Nacional, era un organismo dependiente de la Secretaría General del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), hoy llamado Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe).

La DNI, luego Senain y ahora CIES (Centro de Inteligencia Estratégica) -esta última nominación dada en el gobierno de Moreno- se responsabiliza de producir inteligencia sobre los cuatro dominios de la seguridad: militar, político, económico y social, en lo interno y lo externo. Lamentablemente conocemos el desvío de su misión y función, especialmente entre el año de su creación y mayo del 2017. El Decreto del 2009 pretendió articular un sistema nacional de inteligencia con la Senain como ente rector de subsistemas subordinados y constituidos por los servicios de inteligencia de las FF. AA. y Policía Nacional, que debían proveer información a sus áreas de responsabilidad, y aquella proveniente de fuentes públicas y abiertas; para ser procesada por un departamento de análisis integrado por selectos analistas con formación académica. La intención era magnífica, pero en la práctica sabemos, no fue así. Fue un error del presidente Lasso su pronunciamiento precipitado sobre suprimir el CIES, pues ningún Estado puede prescindir de esta actividad para su conducción y toma de decisiones. El conocimiento resultante del análisis de la información disponible y de interés nacional, procesada y convertida en inteligencia, debe ser usado en beneficio de la comunidad para garantizar la seguridad y orden público; formulación de políticas públicas para preservar y promover sus intereses de seguridad en el exterior, y anticipar, gestionar y neutralizar amenazas en lo interior. Afortunadamente se ha informado que el CIES continuará en vigencia. Para evitar desviaciones y excesos de la inteligencia estatal, urge que expidan leyes y reglamentos que normen y regulen su actividad y función. (O)

Enrique Fernando Suárez Salazar, policía, Quito