Recordando a los super héroes de mi infancia ya lejana, Mujer Maravilla, Superman, Batman y Robin, entre otros de mayor preferencia, si formaran parte del siglo XXI quizás otro fuera el cantar. Por supuesto, todos queremos que se acabe la delincuencia, el terrorismo, el narcotráfico, el sicariato, etc., que tienen de cabeza a las autoridades y fuerzas del orden, muchas “que estando contaminadas es difícil que logren la victoria”; me decía mi vecina ochentera del barrio.

Pero lo que nunca imaginé, es que “los sapos de la Grecia”, como los calificaba mi compadre Arturo identificando a políticos de ‘alta alcurnia’ y encaramados en el poder político en las últimas décadas, se idearan increíbles instituciones para administrarlas; se necesitarían verdaderos super héroes o iluminados del paraíso, para conducir empresas públicas a buen puerto. Es posible que en una noche de copas a algún grupo de iluminados políticos convino para buena o mala suerte del país, crear una superestructura denominada Empresa Coordinadora de Empresas Públicas, EMCO, que presidida por otro iluminado, como decía mi amigo Julio, “está la carne y no el hueso”, se le entregue la conducción y supervisión de las eléctricas y petroleras, además de otras empresas públicas dependientes del Ejecutivo. Estudiosos de la administración pública convienen en señalar que esta constituye el principal instrumento para concretar la acción del Estado, que es el factor estratégico del desarrollo. Si el bien colectivo depende principalmente de la gestión del Estado, su administración pública tiene que responder a un esquema que propicie los cambios políticos, económicos, sociales y culturales de cada país.

Quizás los iluminados políticos estuvieron pensando en otros horizontes extraterrestres por donde se debe conducir la acción de las empresas públicas, en especial las estratégicas, porque de lo contrario no se puede admitir que si no se tiene experticia y conocimiento profundo en los temas de mayor incidencia en la economía de un país, una sola persona presida y supervise la dirección de más de 30 empresas que se consideran vitales para satisfacer las necesidades de una población, como la ecuatoriana, que cada vez más va in crescendo. (O)

Publicidad

Francisco Medina Manrique, licenciado en Periodismo, Guayaquil