Los países europeos tienen que pagar el petróleo y gas ruso en rublos, es la medida económica o reacción más fuerte de Rusia ante las sanciones económicas de Estados Unidos, el mayor desafío de Rusia a su propia economía; desafío al sistema internacional de pagos y al orden económico internacional vigentes. El rublo está devaluado y ha empezado a revaluarse.

Estos pagos no se harán en rublos físicos, que ni existen tantos ni están en la economía internacional porque no son una moneda de transacción mundial, solo se los encuentra en Rusia en grandes montos. Los bancos europeos tendrán que reabrir sus cuentas a los bancos rusos y endeudarse en rublos para pagar esas cuentas, pues son transacciones virtuales en su mayor parte. El dólar perderá esta área de negocios para su circulación, pues todos esos pagos venían haciéndose en dólares.

Los rublos empiezan ahora a ser una moneda de transacción internacional. El dólar se desvaloriza por la baja de su demanda y el rublo se revaloriza. Aparece el petrorrublo como contraparte de los petrodólares. China, por su parte, –dicen– lanzaría el yuan para sus transacciones internacionales, especialmente las de petróleo. Solo bajando sustancialmente las compras de gas y petróleo a Rusia, Europa podría contrarrestar este remezón monetario; me parece.

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Esta medida monetaria es un salto arriesgado del señor Putin, o sale bien e infringe al dólar un golpe mortal o sale mal y conmociona su propia economía, generando una inflación sin precedentes, por el enorme ensanchamiento que haría de la masa monetaria en su país. Vamos a ver cómo salen de esto las tan destacadas potencias. (O)

César Alfonso Vaca Sánchez, abogado, Guayaquil