Siempre son generalizadas las quejas de periodistas e intelectuales al ver pobres resultados en elecciones y todos los actos en los que debe opinar la ciudadanía, sin embargo, ¿qué se hace para cambiar estas realidades?

Es evidente que en el país hay una inmadurez y una enorme falta de criterio a la hora de llegar a cualquier decisión local o nacional, y la pobreza, y hasta la mezquindad de una Asamblea y de ciertos jueces en momentos de tomar decisiones.

Pero, ¿de dónde ha salido semejante mediocridad y ‘rebelión de las masas’? ¿De qué provienen semejante falta de criterios y pobres resultados de cualquier decisión de la ciudadanía? Primero, de un sistema educativo deficiente y altamente tendencioso, ni han cambiado los programas de las escuelas y colegios ni han mejorado o remplazado los tendenciosos y pobres textos escolares. Por otro lado, la mayoría del pueblo ¿qué mira en la televisión?, novelas de mal gusto, violentas, groseras, programas procaces o de humor de cantina. Y los noticiarios solo hablan de crímenes, robos, negociados y el desbarajuste total del sistema. Sobre esto, empresarios de cines no traen sino películas de terror o violencia, o dibujos animados, mucho contenido paupérrimo, sin fundamentos históricos. A esto se añade que, inexplicablemente, los teatros antiguos reconstruidos en Quito permanecen cerrados, sin funciones... Ya el Ministerio de Educación y Cultura y la Casa de la Cultura tenían que haber establecido una franja cultural obligatoria en las horas de mayor audiencia y ciertos estándares de calidad, tanto para el cine como para la televisión. Si de algo cojea el país es de formación cultural del pueblo y esto se ha reflejado en los éxitos del populismo y la demagogia en la improvisación de alcaldes, en la pobreza de criterio de la mayoría de autoridades. (O)

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Eduardo Mora Anda, doctor en Jurisprudencia, Quito