Debido al calentamiento global, la deuda que deben asumir los países más contaminantes tiene que ser cumplida urgentemente con acuerdos para reducir la contaminación ambiental.


Hay efectos económicos que deben asumir los países que más contribuyen al calentamiento global por sus emisiones de GEI (gases de efecto invernadero). La presión de los países en desarrollo junto con la sociedad civil ha sido clave para reducir la brecha de financiamiento y acelerar los mecanismos de cooperación hacia una nueva meta colectiva para la financiación del cambio climático con el nuevo fondo para reparar pérdidas y daños.

¿Éxito o fracaso?, es difícil de catalogar, encaja en una escala de grises por la falta de resultados sustanciales; existen apenas rutas de reuniones o diálogos técnicos para el manejo del fondo, inyectando más a los países en desarrollo con un paquete de decisiones y el compromiso de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados, al 2050; bajo una estructura y gobernanza de nuevos arreglos financieros para complementar iniciativas innovadoras que serán evaluadas por un comité de transición. Los ‘mercados cooperativos de carbono’ tienen dos escenarios, uno, de convenciones donde se toman decisiones o acuerdos políticos teniendo en cuenta la biodiversidad, y el otro escenario, el sistema operativo conformado por la sociedad civil para la acción climática, donde el sector privado y las organizaciones no gubernamentales proponen acciones más rápidas; pero ambos están atados al proceso de permanencia para demostrar una acción duradera de reducir las emisiones de carbono. La deuda que deben asumir los países más contaminantes también prevé un progreso en el objetivo global para mejorar la resiliencia entre los más vulnerables (reforestar bosques y ecosistemas), y ubica a América Latina como una de las regiones más afectadas en extractivismo, para el consumo de energías fósiles. Queda mucho trabajo para evaluar este primer proceso de acuerdos y operaciones. (O)

Publicidad

Edison Alberto Mendoza Reyes, arquitecto, Manabí