En la sede de las Naciones Unidas el 4 de marzo se aprobó el acuerdo de conservación que adoptó el nombre de Tratado de la Alta Mar, para asegurar la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica marina en áreas más allá de las jurisdicciones nacionales. El texto incluye principios orientadores y cuatro partes claves que se concretan en: II) Recursos genéticos marinos con objetivos de construir capacidades y repartir beneficios equitativos de sus actividades; III) Administración basada en áreas, y áreas marinas protegidas para fortalecer la cooperación, construir capacidades y establecer sectores en la alta mar que conformen una red de áreas marinas protegidas; IV) Evaluación del impacto ambiental, con objetivos de crear capacidades, asegurar que toda actividad en la alta mar disponga de dicha evaluación; V) Construcción de capacidades y transferencia de tecnología marina para incrementar, diseminar y compartir conocimiento.

La estructura del tratado se integra por la Conferencia de las Partes, que es el órgano de toma de decisiones y resoluciones por consenso; el Cuerpo científico y técnico, cuya función principalísima es asesorar a la Conferencia en temas científicos y técnicos; y la Secretaría, a cargo del apoyo administrativo y logístico a la Conferencia. Se crean además el Comité de acceso y distribución de beneficios, y un mecanismo de cámara de compensación para intercambio efectivo de información en una plataforma disponible para las partes y socios; y se establecen las fuentes de financiamiento.

El tratado abre una amplia oferta de oportunidades, lo que obliga a que el Estado se integre con la ciencia, tecnología e innovación, y la industria; única manera de que estas nuevas oportunidades se transformen en desarrollo sostenible. A las oportunidades que ofrece la ZEE, el Ecuador debe aprovechar aquellas del Tratado y fortalecer sus institutos públicos de investigación del mar, a la academia de docencia e investigación y la industria, para que juntos enfrenten el reto que ofrece la alta mar del océano Pacífico Oriental y contribuyan al desarrollo traducido en la generación de empleo y divisas sostenibles. (O)

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Hernán Rodrigo Moreano Andrade, militar (S.P.), máster en Oceanografía; Guayaquil