Ante tantas noticias nefastas, el temor se apodera de nosotros y nos paraliza; pero no podemos ceder a lo negativo ni caer en una paranoia sistémica. Debemos ser valientes, salir del ensimismamiento; sin ser temerarios, con sabiduría acompañar el caminar de otros, no ser islas en este océano turbulento. Procurar que otros remen para el mismo lado, dar razones de esperanza, sentido, abrir la perspectiva y no quedarnos en una visión horizontal; atrevernos a mirar para arriba y hacia el interior a lo trascendente.

Confiemos que vendrá un tiempo de calma sosegada después de esta tempestad. (O)

Cristhiam Carpio Castro, máster en Ciencias de la Educación, Daule

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