Nuestra gente, sin duda, debe estar harta del más completo abandono en el que está por parte de las autoridades de cada cantón, provincia, de Ecuador.

La gente paga impuestos cumplidamente por servicios que no recibe; calles y barrios se encuentran en el más completo abandono por falta de mantenimiento; existe sicariatos en diferentes sectores; faltan luminarias en las calles, los parques, en horas de la noche donde la delincuencia y los traficantes de drogas hacen de las suyas; falta agua potable en diferentes cantones donde todavía se ven tanqueros que venden el agua potable a quien la necesita.

De otro lado, la justicia ecuatoriana deja mucho que desear con fallos donde el ciudadano común jamás podría estar de acuerdo. Gente involucrada en actos de corrupción son investigadas y cuando existen indicios de órdenes de prisión salen del país de forma inmediata, en cambio a otros se les premia con medidas cautelares, sustitutivas, con grillete, arresto domiciliario; y lo peor es que en algunos acontecimientos, la justicia del exterior nos ha hecho el favor de decirnos lo que se debe hacer. Existen chulqueros, pero la justicia no actúa, no dicta órdenes de prisión cuando se trata de actividades ilícitas penadas por la ley.

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Lo último que pasa: una comunidad de Montecristi, Manabí, no quiere que se coloquen radares en un cerro para que el Gobierno pueda combatir el narcotráfico, todo porque, según ella, el cerro es ancestral. ¡Qué nos está pasando!, reaccionemos. (O)

Roberto Flores Torres, ingeniero comercial, Guayaquil