La variante del SARS-CoV-2 que originalmente surgió en China y se diseminó alrededor del mundo es la llamada D614G.

Las compañías farmacéuticas han usado la secuencia de la proteína Spike D614G’s, para producir las vacunas.

La emergencia de la variante que más atención y preocupación ha tenido hasta el día de hoy es la conocida como B.1.1.7, primero se encontró en el Reino Unido y es de más eficiente transmisión que otras variantes identificadas, es más virulenta que la D614G, causa severa enfermedad en un alto porcentaje de los pacientes. Los primeros estudios indican que las vacunas actuales protegen totalmente contra B.1.1.7. Menos es conocido de las otras dos principales variantes: B.1.351, la cual primero emergió en Sudáfrica, y P1 que surgió en Brasil y puede ser la causa de la segunda ola de infección en la ciudad de Manaos.

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Para detectar las nuevas variantes del virus se necesita aislar y secuenciar el genoma de cada una de las muestras de pacientes, tan rápido como sea posible.

Esto es llamado supervigilancia genómica, permite conocer el patrón de la vía de transmisión, la incidencia de las diferentes variantes, más pronto.

Desafortunadamente la supervigilancia genómica es muy costosa y también toma su tiempo. (O)

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Jaime Galo Benites Solís, clínico intensivista, Guayaquil