Cuánto me alegro de que no haya escrito Steven Espinoza Ortega su artículo de opinión ‘Pañuelos verdes’ (publicación en Diario EL UNIVERSO del 24 de diciembre de 2021) hace 15 años, cuando una querida amiga de mi juventud, con un porvenir brillante en su carrera profesional, fue violada y sus padres no le creyeron y la sacaron de la casa; y los mentores de su brillante carrera tampoco le creyeron y le quitaron ayuda económica. Pero unos pocos amigos suyos, durante su embarazo y parto, comprobamos los traumas que le dejó la violación; hasta su médico se asombró por el caso.

Sin embargo, gracias a su criterio de que la vida humana hay que defenderla desde su concepción, su criatura hoy es un excelente estudiante, de aquellos que en el futuro servirán al Ecuador por sus dones. Los que piensan diferente a que hay vida desde la concepción tienen derecho a expresar su opinión. Pero mi amiga defendió la vida de su bebé, se ha batido sola estos años luchando, cambió sus sueños por los de su hijo, es una madre orgullosa de verlo triunfar en los estudios. (O)

Jaime Mackliff Valverde, avenida Samborondón

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Respuesta a lector

Querido lector: aprecio cada una de sus palabras, en una guerra de absolutos el debate debe ser altruista y lleno de fuertes posturas; gracias por un argumento válido en todo sentido, es muy valiente e importante que un ser humano se sacrifique por el bien de otro. Sin embargo, la libertad es un derecho a proteger y la elección de hacer o no hacer un proyecto de vida forzando debe pertenecer únicamente a la persona que ha sido víctima. No es promover el aborto, es promover la libertad de elección sobre su futuro y su vida. (O)

Steven Espinoza Ortega, Guayaquil