Encrucijada todos tenemos en tiempos de campaña. Observamos detalladamente el proceder de autoridades que nosotros elegimos. Hago hincapié en nuestra culpa. Vemos hasta la pestaña mal virada, lo que comenzamos aplaudiendo. Terminamos abucheando, suena incoherente, pero es la cruel y dura realidad.

A todos se nos presenta un dilema, ¿confiamos en los mismos o en nuevos rostros? Todo esto nos abruma, pues tristemente del 100 % de los votos, el 50 % son viscerales, con tal de darle la contra a uno, se lanzan de bruces por otros para luego estar avergonzados; el 25 % son por convicción con o sin razón; el 15 % son ‘obligados’ con ofrecimientos ‘milagrosos’ que obviamente no se dan; y el 10 % llega a las urnas y elige por la carita del candidato, y luego nos preguntamos por qué nuestro país está cómo está. No nos portamos a la altura de la responsabilidad de elegir con los cinco sentidos. Muchos se ven obligados a salir de nuestra patria porque no tienen oportunidades equitativas, aquí los buenos sueldos no siempre se dan por merecimiento, es más cuestión de tener buenos amigos, buen roce social, buena suerte. Todo tiene conexión con las decisiones que tomamos en relación con los que elegimos.

Los invito a ser minuciosos para resolver internamente este gran dilema; el voto es secreto, piense en el futuro de un país. Sea responsable con usted y con quienes vienen detrás, este es nuestro legado, nuestros hijos, nietos y sobrinos merecen un Ecuador digno. (O)

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Aissa Tatiana Pazmiño Real, técnica en Marketing, Guayaquil