Tendremos a Guillermo Lasso en Carondelet hasta noviembre. El que gane la cercanísima elección estará hasta mayo 2025 y entonces vendrá quien gane en 2025 (hay reelección). Y de la misma manera los recambios de asambleístas.

Para el país lo clave es saber ¿qué pueden hacer y qué harán unos y otros en los próximos 18 meses? Y nosotros los votantes preguntarnos ¿quién de los candidatos lo puede hacer mejor… o menos mal?

Uno. Ciertamente el tema inseguridad y narcoeconomía es clave. Personalmente no conozco cómo se la enfrenta, pero se habla de diversos temas: “cerrar” la frontera norte para que el tránsito de droga sea más complejo y caro, controlar Galápagos para que no sea eje de abastecimiento y circulación, con tecnología y decisión evitar que las cárceles sean centros operativos, redadas continuas en las principales localidades, y más. Mano dura. Y no olvidemos: una justicia que no libere inmediatamente a los criminales, entendiendo que muchos jueces están sujetos a amenazas familiares, para lo cual también hay soluciones que evaluar en otros países. Tema complejo.

Dos: salud. Al menos abastecer en medicamentos a hospitales y centros de salud, y que los equipos funcionen. Que continúen los programas de desnutrición infantil. Pero sobre todo que la gente sienta ser tratada con dignidad. No es tan difícil.

Tres: mantenimiento y construcción de carreteras. Unas las hará el Estado directamente o contratando a privados, otras deben ser concesiones con peajes. Recordemos que, por ejemplo, la vía al noroccidente de Quito tenía peaje hace diez años, cuando se lo eliminó sin sentido. Para los que dudan: ¿las vías concesionadas no están mejor que las otras? … Y continuar con el proceso lento pero esencial de la autopista Quito-Guayaquil y algo que me da vergüenza propia como ecuatoriano: el Estado de la Machala-Guayaquil. Tampoco parece tan difícil.

Es esencial hacer lo útil y necesario en un marco de buen manejo presupuestario. No es tan difícil.

Cuatro. Continuar con los acuerdos comerciales. Requerirán de la aceptación legislativa. Y luego implementar las medidas respectivas, incluyendo bajas de aranceles. El camino parece con viento favorable, pero ojo, algunos se oponen a la apertura al mundo, ¿revertirán lo avanzado? Ojalá no.

Cinco. ¿Hay algo más que sea razonable y sensato en tan poco tiempo?

Y todo esto en un entorno que no se anuncia tan bueno. El precio del petróleo aún tambalea… aunque sigo creyendo que será menos malo que algunas previsiones. Quizás se complique la producción petrolera porque el mismo 20 de agosto hay consulta popular para saber si paramos parte de la producción en la Amazonía (no tiene sentido, votemos en contra, y hagamos petróleo y minería responsables, sí se puede). Los ingresos excepcionales (impuesto sobre personas y empresas) que recibió el fisco estos dos años ya no estarán ahí. Es esencial hacer lo útil y necesario en un marco de buen manejo presupuestario. No es tan fácil.

Pero cabe en paralelo preguntarse ¿para cuándo reformas tan importantes como la laboral, seguridad social, apertura del sistema financiero a más competencia externa, y la reforma del Estado que requiere voluntad más que leyes? ¿En estos seis meses? ¿En el ínterin de 18 meses? ¿O será para el nuevo gobierno del 2025? Ojalá cuanto antes. (O)