En este artículo explico por qué fracasó el 3.º intento de adjudicar el Puente Sur y digo lo que habría que hacer para que se construya. Tres presidentes iniciaron un proceso para construirlo y los tres fracasaron. Conclusión: no tienen el poder real para hacer la obra. El 88 % del flujo externo de mercaderías del país pasa por puertos de Guayaquil, todos en el sur. Diariamente, pavimento y transeúntes de tres cantones soportan el suplicio del paso de miles de contenedores de todo el país, ya que no hay ruta directa entre las otras regiones y el sur. Aparte de reducir la polución, la obra ahorraría al país 61 millones anuales tan solo en gasolina, tiempo de choferes y mantenimiento vehicular (simple regla de 3), sin contar ahorro en mantenimiento de las vías que ahora destrozan. El ahorro financiaría los mil millones que vale la obra en 30 años a una tasa del 4,7% (disponible en mercados internacionales). Y sin embargo, nada.

... la obra ahorraría al país 61 millones anuales tan solo en gasolina, tiempo de choferes y mantenimiento vehicular...

Fácil sería echarle la culpa al presidente Lasso por el fracaso, pero el tema es más complejo, comenzando por el poder de la burocracia, única fuerza que Correa aseguró no haber podido destruir. La parte “sana” de ese poder es la maraña de reglamentaciones (la mayoría absurdas) y la parte podrida son 1) empleados que trabajan (en Finanzas y MTOP) para las compañías constructoras, entre ellos hasta un ministro que fue apoderado de un poderoso concesionario vial, y 2) tomadores de decisiones que extorsionan y comisionan.

Aparte, están quienes se perjudicarían por el Puente Sur: quizás concesionarios de otros puertos y con toda seguridad los del Puente Alterno Norte, PAN, que ven su millonario flujo mermar.

En octubre 2017 el prefecto provincial de Guayas (que ahora busca la Alcaldía) amplió la concesión del PAN hasta el 2038 “sin percatarse” de que el contrato madre que hace posible la concesión del PAN vence en 2026. Tal contrato prohíbe hacer vías alternativas que afecten el flujo del concesionario, por lo que esa ampliación boicotea el Puente Sur.

Hay más: la empresa China-R&BC (inhabilitada por el Banco Mundial) fue la única compañía calificada por el MTOP en el último proceso y fue glosada por Contraloría por subcontratar el 100 % de varias obras en las que no podía subcontratar más del 30 %. En otras palabras, es una empresa “presta nombre” y si ya participó para que otro gane, también pudo hacerlo para que el proceso falle. Los contratistas, contralores y políticos participan en danzas de millones y gustan de las concesiones porque son largas y de ingresos recurrentes. Este es el meollo del asunto.

La solución es que la Prefectura (desde 1998 delegada por el MTOP para administrar concesiones viales) anule “el error” cometido al prolongar el PAN hasta 2038 y, en asocio con los municipios involucrados, tramite la ampliación de esa delegación y una nueva concesión que incluya el Puente Sur.

Lasso nada ganará en Guayas apoyando a quien otrora descalificaba, tan solo por una pugna política personal. Si el MTOP no hizo la obra, que al menos Lasso la deje hacer, facilitando esa nueva delegación y financiando su gobierno obras complementarias, como la autopista al nuevo aeropuerto de Guayaquil. Eso sí le daría simpatía y reconocimiento. (O)