Si sumamos las votaciones de las cuatro primeras fuerzas electorales de la elección de primera vuelta, del domingo 7 de febrero último, tenemos que ellas representan un 87 % de la voluntad ciudadana, siendo la primera la del correísmo, con un 32 %, y las tres siguientes suman cerca del 54 %, lo que significa que si hay entendimiento entre ellas, podrían triunfar cómodamente en la segunda vuelta, dejando sin posibilidades al vencedor de la primera.

Ese entendimiento se consigue con algo muy simple: que se abran las urnas, que se recuenten los votos y haya un candidato que claramente haya obtenido el derecho a participar en la segunda vuelta y reciba, merecidamente, el apoyo de las tres fuerzas que siguen a la del correísmo; esta última así lo ha comprendido, y no solamente se opone al recuento de votos, sino que ataca, sin fundamento legal, a la fiscal y al contralor, acusándolos de interferir en el proceso electoral por querer verificar la corrección del sistema informático.

Lo sorprendente es que con esta actitud concuerda abiertamente el Partido Social Cristiano, que integra la alianza con CREO, aunque el candidato diga que no está de acuerdo con el enjuiciamiento a la fiscal.

Este bloqueo a la revisión de actas, votaciones y sistema informático ha aumentado inmensamente la sensación en la ciudadanía de que hay algo que se le oculta, que algo no es correcto, transparente; a esto se añade el que de la revisión solicitada por Pachakutik de unas veinte mil actas por inconsistencias, se haya autorizado hacerlo en la ínfima cantidad de 31; y aun con ese poco de actas, se ha comprobado que al candidato Yaku ¡se le han disminuido 600 votos!, con lo que surge el interrogante de ¿con cuántos votos se le habrá perjudicado en los miles de actas impugnadas? Y de estas presuntas irregularidades, contra Yaku Pérez, se le inculpan tanto al CNE como al candidato Lasso. Creo que este puede dar un desmentido a esto volviendo a su posición del 12 de febrero, cuando ante el CNE y Pérez aceptó que se abran todas las urnas del Guayas y la mitad de las de 17 provincias. Esta es la condición esencial, sine que non, sin la cual no hay entendimiento, no solo para ganar la elección, sino para que sea posible la gobernabilidad; ninguno tiene un bloque legislativo suficientemente fuerte, y menos la derecha, pues entre los dos partidos aliados apenas han conseguido una treintena de legisladores, que poco significarían en una Asamblea de 137 miembros.

Si no acceden a recontar los votos, jamás conseguirán los votos de Pachakutik; varios de sus miembros y de la Conaie pueden llegar a aliarse con el correísmo por acuerdos para la Asamblea.

Solo con la comprensión de esta operación aritmética elemental se puede alcanzar un acuerdo entre los tres grupos que tendrían que enfrentar al correísmo.

No se subirá del 19 % al 51 % con únicamente recurrir a métodos modernos como el TikTok, que pueden no ser naturales en todos.

Ya fracasaron los vendedores de encuestas e ilusiones.

Hay demasiados valores en riesgo.

No servirá lamentarse mañana. (O)