Pues no queriendo quedarse atrás de su inspirador, Chávez, como este lo hacía respecto de Fidel Castro, Rafael Correa la emprendió contra el Diario EL UNIVERSO. El pretexto, un artículo de opinión de un columnista; luego, para perseguir al Diario y sus directivos, se inventó una teoría de responsabilidad coadyuvante o algo así; y demandó una indemnización de 80 millones de dólares, mucho mayor que la que obtuvo del Banco Pichincha, de jueces timoratos, cuando ya era presidente. Siguiendo los pasos de Correa, otro codicioso, Diosdado Cabello, consiguió de otros jueces sumisos que condenen al diario El Nacional a pagarle varios millones de dólares, por haber reproducido un artículo de España. La Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene ya para resolver el caso de EL UNIVERSO; estos días se han efectuado audiencias públicas previas a sentenciar. Esperamos reparen el daño causado a personas y principios. En la Comisión de Derechos Humanos parece que al cabo de más de una década, empiezan a desempolvar el caso de los 57 diputados destituidos dictatorialmente por Correa. Los derechos humanos son violados en nuestra región desvergonzadamente. En Nicaragua están arrestando a todos los candidatos presidenciales opositores a Ortega y Murillo, su esposa. El Ecuador debe condenar esta desvergüenza. No puede aceptar otras elecciones que las efectuadas en libertad y bajo control internacional. Así deberemos aceptar el resultado de las elecciones en Perú, aun si gana el candidato de izquierda, Pedro Castillo, lo que parece un hecho. La delegación de la OEA declaró que el proceso electoral fue limpio, correcto, sin fraude. Si es proclamado, debe ser reconocido de inmediato. Al parecer, Castillo trata de liberarse de la influencia de Cerrón, a cuyo partido procomunista tuvo que afiliarse porque por la pandemia no avanzó a conformar uno propio. Muchos creen que a Fidel Castro los Estados Unidos lo acosaron tanto que lo obligaron a aliarse con la Unión Soviética. Al nuevo gobierno del Ecuador, de derecha, le toca convivir con gobiernos de izquierda; es inconveniente y peligroso quedarse aislados, a más de que hay tantos intereses comunes. La comunidad andina nos hace mutuamente dependientes; nuestras exportaciones a Perú son vitales y superiores a lo que importamos. Necesitamos de la Alianza del Pacífico. Debemos observar cuidadosamente lo que ocurre en los países vecinos. En Chile, la derecha ha sido vapuleada, y en las elecciones seccionales ha obtenido apenas una gobernación; pero es positivo que las fuerzas de centroizquierda, no extremistas, han tenido buenos resultados en el país: en la Gobernación de Santiago, que representa más de un tercio de la población nacional, ha triunfado el democratacristiano Orrego, en alianza con otras fuerzas, incluido el socialismo moderado. En Colombia, Duque se creó su propio infierno; no encuentra solución para el inmenso descontento que acarreó su plan tributario. La izquierda de Petro luce muy fuerte. El nuevo gobierno ecuatoriano estará observando con cuidado la inconformidad de los pueblos con la agravada pobreza en que viven. Sería peligroso, en este momento, adoptar medidas económicas, tributarias, que empobrezcan aún más a las clases medias. (O)