La crónica periodística es una forma privilegiada de dar cuenta de la realidad, porque trata de entrar en los entresijos de las historias que muchas veces no son contadas. Si leemos para entender lo ancho del mundo, en Latinoamérica, desde hace varias décadas, la crónica está evidenciando una calidad extraordinaria en la creación de un lenguaje y en el manejo de las anécdotas. Es más, gracias al punto de vista del autor, la crónica periodística nos posibilita un acceso cuestionador a los hechos de todos los días.

En el lapso de un trimestre, dos estupendos cronistas ecuatorianos nos invitan con sus libros a conocer mejor el mundo en que vivimos.

El libro de Alexis Serrano Carmona, Horror en el Sexto C y otras crónicas (Quito, Dinediciones, 2020), trae narraciones que revelan situaciones de esperanza, pues nos da orgullo como país adentrarnos en la Orquesta Sinfónica Infanto-Juvenil de Guaranda, en la que todos, adultos y jóvenes, hacen inmensos sacrificios personales por amor a la música. También son conmovedoras la escena de los esposos que, en un leprocomio, siguen amándose, o las nuevas formas de solidaridad comunitaria que se dan entre las mujeres que tejen sombreros de paja toquilla en Sígsig.

Pero también hay textos que, al acercarnos al mal, desestabilizan nuestras creencias: el relato de los cuarenta y un niños que, durante un año, fueron abusados por un siniestro profesor en un colegio del sur de Quito. El buen periodismo revela los horrores cotidianos, aquellos de los que nos desentendemos. También se denuncia la desidia del Estado con las personas que desaparecen sin dejar rastro. Y nos asomamos al dolor (y a la entereza materna) de Vilma Pineda, madre del joven Édison Cosíos, que permaneció por años en estado vegetativo debido a un proyectil que lo impactó durante una manifestación estudiantil contra el Gobierno de Rafael Correa.

El libro de Sabrina Duque, Necesito saber hoy de tu vida: perfiles (Quito, Siamesa, 2021), contiene nueve perfiles de personajes portugueses y brasileños, por lo que este volumen ensancha nuestra visión del continente y nos enseña que cada persona es un universo que merece ser conocido. Aquí nos acercamos al curioso arte de la canción sentimental de Roberto Carlos, héroe cultural brasileño, y a los días finales del gran Eusebio, jugador del Benfica de Portugal. O nos quedamos con una comprensión distinta de la timidez del astro Cristiano Ronaldo, quien, desde chico, mostró inmenso tesón en lo que hacía.

Duque nos hace conocer unos dibujos animados para niños que no reproducen los estereotipos de siempre, sino que son divertidos y con valores alternativos, y nos pone ante los esfuerzos de su creadora, Celia Catunda. También revela los extraños vericuetos en que se metió Eike Batista, uno de los hombres más ricos del planeta, ahora en la cárcel acusado de corrupción. Un perfil sobre el poeta Fernando Pessoa deja ver cómo ahora, entre camisetas y postales, sigue existiendo vivo en los cafés de Lisboa. Alexis Serrano y Sabrina Duque, cada uno a su manera, cada uno con su mirada lúcida, nos ofrecen un periodismo que está entre lo mejor que se escribe en América Latina. (O)