La Espae, referida como la escuela de negocios de la Escuela Politécnica del Litoral, con base en un análisis del reporte de la Global Entrepreneurship Monitor, indica que en el Ecuador uno de cada tres adultos posee un emprendimiento, lo que origina que cerca de 3,6 millones de ecuatorianos cuentan con un emprendimiento. Según las estadísticas del Gobierno nacional, para marzo del 2022 la población en edad de trabajar (PET) era de 12 millones de personas, mientras la población económicamente activa (PEA) era de 8,2 millones de personas. Haciendo una referencia sobre la PEA, podríamos concluir de manera bastante general que cerca del 44 % de la PEA posee un emprendimiento en cualquiera de sus fases de lanzamiento, crecimiento y consolidación.

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Para esto, debemos recordar que por definición la PEA representa a las personas de 15 años o más que trabajaron al menos una hora en la semana y las que, aunque no trabajaron, tuvieron trabajo en algún momento. Siguiendo este concepto, podremos decir que son las personas que están en capacidad de trabajar sin importar la condición de ingresos que les genere su actividad laboral. En el mismo análisis de la Espae se indica que, aunque el Ecuador es el segundo país más emprendedor en la región con una tasa de actividad emprendedora del 36,2 %, cerca del 80 % de los emprendimientos fracasan en su etapa inicial, es decir, ocho de cada diez. Si sobre el 44 % de las PEA con un emprendimiento, el 80 % fracasa, implica que solamente cerca del 9 % de la PEA es capaz de generar un emprendimiento real en el país. Y sobre este 9 % aún no se analizan los resultados financieros que concluyan que el emprendimiento deja réditos al denominado emprendedor. Siendo el segundo país más emprendedor de América Latina, somos el país con un mayor número de emprendimientos de iguales características por área de análisis.

(...) se indica que el fracaso de los emprendimientos iniciales se debe a que los proyectos no nacen de la necesidad ni de la demanda...

Esto implica que carecemos de una cultura de emprendimiento cuyo resultado sea la creación y formación de pymes, y, por ende, es poco probable que logremos la generación de empleo en nuestro emprendimiento. Esto convierte al emprender en el país en un negocio unipersonal y no en un generador de valor. Dentro del análisis de la Espae se indica que el fracaso de los emprendimientos iniciales se debe a que los proyectos no nacen de la necesidad ni de la demanda actual del mercado, y esto es provocado por la escasez de empleo en el mercado laboral (público o privado), porque las personas tienen vínculos con un negocio familiar al cual desean complementar de manera poco planificada, y el no poseer un plan de negocios o un bosquejo adecuado del mismo.

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Es necesario entonces que las universidades del país enfoquen sus esfuerzos en incentivar, educar y dar seguimiento a las fases del emprendimiento de las personas en su área geográfica de influencia, para de este modo disminuir el número de personas que están en el subempleo, que son cerca de 2 millones de ecuatorianos, y a la vez se evolucione del comercio informal a la formación de pymes que generen empleo bien remunerado y que en el futuro sean semilleros de industrias locales y de exportación de productos con una cadena de valor asociada. (O)