A pesar de lo que parece, el Sol no se está ‘quemando’ de la misma manera que lo hace, por ejemplo, una fogata. La realidad es un poco más aterradora: nuestra estrella es una perenne bomba atómica termonuclear, en cuyo interior se fusionan átomos de hidrógeno. Este proceso llamado fusión nuclear libera ingentes cantidades de energía, mucho más si solo se estuviera ‘quemando’.

Y es que, desde que la humanidad entendió que la materia se podía convertir en energía ─resumida en la famosísima ecuación de Einstein E=mc²─, siempre hemos soñado con controlar el poder del núcleo atómico para alcanzar una fuente abundante de energía en la Tierra. El santo grial de estos procesos es la fusión nuclear, que hemos querido replicar por tres razones principalmente.

La primera, es que la materia prima es el hidrógeno ─el H en H2O─, materia abundante, que podemos extraer del mar. Al contrario, las otras fuentes de generación eléctrica, como el uranio o los combustibles fósiles, son más escasos y tienen mayores costos de extracción.

Disparar láseres contra un objetivo del tamaño de un canguil permitió experimentar la fusión nuclear, el anuncio que permitirá tener energía limpia a futuro

La segunda razón, es que la fusión nuclear no genera una contaminación relevante dado que el subproducto es helio, un gas inerte. Las otras formas de generación producen residuos nucleares, liberan gases de efecto invernadero, o tienen impactos en cuencas de ríos.

(...) lograron la primera reacción por fusión nuclear que produjo más energía que aquella necesaria para controlarla...

Otra razón, y quizás la más importante, es la eficiencia dada por la conversión de materia en energía. En otras palabras, la fusión nuclear es un proceso que necesita poco material para generar mucha más energía, en comparación con lo que sucede con las otras formas de generación.

Entonces, si es tan maravilloso ¿por qué no tenemos plantas de fusión nuclear por todos lados? La respuesta es que no podemos controlar las reacciones por fusión nuclear de manera eficiente. Es decir, si bien desde los años 50 sabemos liberar la energía del átomo por fusión nuclear, lo podemos hacer únicamente de manera descontrolada en las colosales bombas termonucleares. Desde entonces, cuando intentamos controlar el proceso de fusión, lo hacemos utilizando más energía de la que genera el propio proceso.

Esto, sin embargo, cambió.

El 5 de diciembre de 2022, científicos del laboratorio Livermore, en California, Estados Unidos, lograron la primera reacción por fusión nuclear que produjo más energía que aquella necesaria para controlarla, lo que se conoce como ignición. Específicamente, produjo 54 % más energía. El experimento constaba de 192 mega láseres que apuntaban a una minúscula cápsula con hidrógeno. Este hito demuestra la posibilidad de mantener un proceso de fusión nuclear que genera más energía que la que consume.

Se necesitará mucho más desarrollo tecnológico y años de investigaciones y experimentos para llegar a tener plantas de generación eléctrica por fusión nuclear. Pero esto es un gran primer paso en esa dirección. Quizás, en algunos años, podamos lograr el objetivo que nadie ha podido alcanzar hasta ahora y que, con nostalgia y cautela, ha recordado la serie Chernobyl: la felicidad de toda la humanidad. (O)