Como Estado organizado compartimos el planeta con otros Estados fuertes y débiles, algunos aspiran a ser reconocidos o son fallidos. También, participamos en organizaciones regionales o mundiales, como la ONU; no gubernamentales (ONG) y deportivas a nivel internacional, la más visible la FIFA. Todas tienen como objetivo lograr el bienestar común de los individuos, para ello, los gobiernos o líderes deben desarrollar relaciones internacionales sanas, eficientes y eficaces, con una política y estrategia clara, que puede incluir secretos.

Contra las buenas relaciones internacionales conspira la disputa por captar la hegemonía sobre lo máximo de naciones u organizaciones, a esto se refiere el concepto de “orden mundial”, para ello se formulan leyes y normas que deben cumplir las naciones que han aceptado ceder soberanía y autoridad. Las que no aceptan seguro pertenecen a otras agrupaciones con el mismo fin hegemónico, generando conflictos, algunos escalan hasta la guerra total, por ejemplo, la II Guerra Mundial, luego de la cual se fundó la ONU para mantener la paz bajo principios de consentimiento, imparcialidad, no uso de la fuerza, excepto en legítima defensa.

Hoy, las organizaciones criminales con alcance internacional desafían cualquier orden mundial, su predominio no tiene fronteras ni normas éticas y morales; basan su fortaleza en el dinero que obtienen del narcotráfico, tráfico de personas, comercio de órganos humanos, etc.; con el poder económico y el terror conquistan a ciertos funcionarios públicos del sistema de justicia, seguridad, gobierno, legislativo y ciudadanos que hacen de “mulas”. Para enfrentarlas se han conformado organizaciones que emiten políticas, que son asumidas por los países, en materia principalmente de policía internacional (Interpol), pero son obstaculizadas por leyes supuestamente soberanas que impiden la acción de la justicia, en nuestro caso la constitución prohíbe la extradición. El Gobierno desea que se apruebe la extradición en consulta popular.

La vulneración de los derechos humanos es comúnmente mencionado por ciertos defensores de procesados por algún delito, argumentan violación a la intimidad por exponer sus secretos sin consentimiento ni orden legal. Invalidan como pruebas la interceptación de llamadas telefónicas, correos electrónicos o chats, mediante los cuales se ha coordinado un delito. Una leyenda irlandesa describe el secreto del rey Maón, quien desaparecía a los peluqueros cuando descubrían sus largas orejas de elfo, que le producía vergüenza. En Ecuador los actores de crímenes e injusticia no tienen orejas de elfo ni vergüenza, pero tienen éxito en la mágica impunidad.

Las fábulas de Esopo son poco imaginativas en comparación con los argumentos de criminales y ciertos abogados, que actúan cínicamente como lobos camuflados de ovejas suplicando justicia, pues no son culpables de nada; practican el engaño al máximo; asesinan a un humano como matar una gallina en busca de los huevos de oro; exhiben con caretuco su ambición, codicia y venganza. ¡Es un secreto a voces la disputa del crimen organizado por la supremacía sobre el orden legal! (O)