En el momento en que se escribe este artículo la situación en el Perú sigue impredecible. Esta inestabilidad tiene como trasfondo el extremo centralismo que existe en el país del sur. Mientras Lima tiene cerca de 10 millones de habitantes, las ciudades que le siguen, Trujillo y Arequipa, tienen menos de un millón. El centralismo ha dado como resultado una fractura cultural y un desencuentro entre Lima y el resto del país, que es lo que explica en parte lo que sucede ahora, en el ámbito político.

Cuando en Ecuador se habla de centralismo se lo hace para mostrar el descontento por la concentración de las decisiones de gobierno en la capital. Pero en el Perú el centralismo es completo, ocurre a nivel gubernamental, político, presupuestal, cultural y demográfico. También migratorio, pues el 60 % de las personas que actualmente viven en Lima han nacido fuera de la capital.

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El desencuentro entre Lima y la mancha india –como se denomina a la zona sur de la sierra que comprende los departamentos de Junín, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac– ha sido especialmente abismal, lo cual ha creado grandes brechas de incomunicación y desintegración. El fenómeno de Sendero Luminoso de los ochenta se gestó precisamente en dicha zona, y como era de esperarse, tomó a Lima por sorpresa. Durante esa época apareció un grupo de intelectuales a los que se les denominó los senderólogos, tales como Carlos Iván Degregori y Gustavo Gorriti. Este grupo de científicos sociales limeños, al haber pasado algún tiempo en la mancha india como investigadores, actuaron como puentes comunicacionales entre aquella zona y la capital. Por ejemplo, en 1980 tuvieron que explicar a los capitalinos por qué perros muertos con carteles en chino eran colgados de los postes en el centro de Lima.

... ha dado como resultado una fractura cultural y un desencuentro entre Lima y el resto del país...

En el 2022 el desencuentro se manifiesta otra vez. Al ser Pedro Castillo destituido por haber declarado un fallido golpe de Estado, Lima pensó que el expresidente pasaría rápidamente al anonimato y a la cárcel. Asimismo, se esperaba que el régimen constitucional sería restablecido y que el apegamiento a la cronología electoral se llevaría a cabo sin novedad.

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Pero no fue así. La visión que tiene Lima de que Castillo es inepto y corrupto y que solo fue elegido por un fenómeno aleatorio e imperfecto de las democracias no es compartida por la mancha india. En esta zona Castillo es percibido como uno de los “nuestros” y que está siendo destituido por las élites blanco-costeñas de Lima, que no pueden ver a un “cholo” en la Presidencia. Es un nuevo desencuentro que clama por la aparición de los “castillólogos” que acaso podrían explicar lo siguiente: ¿Qué tipo de filosofía política debe tener un habitante de la sierra sur para sustentar el retorno de un inepto a la Presidencia? ¿Qué cosmovisión?

El historiador peruano Heraclio Bonilla sostiene que es lamentable que el Perú no cuente con organizaciones indígenas como en el Ecuador, lo cual suena disonante después de los estragos que causaron en junio de este año en Quito. Pero tiene razón, pues es aún más lamentable tener a una gran parte de la población desarticulada y sin liderazgo.

Pedro Castillo no tiene la capacidad de articular una ideología, ni de administrar una rebelión. (O)