La que está por fenecer ha sido una semana cargada de “fake news” para la audiencia ecuatoriana, pacienzuda como es, ante tanto maltrato de la información. Las noticias falsas mundiales y, sobre todo, locales han rondado permanentemente en los dispositivos electrónicos de búsqueda de información valiosa, ya sea útil para entretenerse, para indignarse o para tomar decisiones, pero que sirva para algo, por Dios, y que no solo exista para aumentar ese ambiente de desazón que se siente por doquier en el país.

Los del juicio político al presidente de la República, Guillermo Lasso, fueron los bulos más criticados en redes. Y lo lamentable es que provinieron de un medio digital que se autoasigna haber puesto al mandatario en el banquillo y que se anticipó extrañamente un día a lanzar la noticia. Provienen también de las cuentas de un expresidente que desde el extranjero mueve largos hilos en la política nacional, madejas con las que, a todas luces, pretende tejer un retorno mesiánico a lo más alto del poder, que ya lo tuvo y cuyos efectos siguen siendo controversiales. El aroma a política pura y dura quedó al paso de estas dos fakes. O quizás fueron exabruptos empujados por las ansias de festejo.

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Luego volvió a ocurrir con el mismo medio digital que lanzó sin verificar la noticia de que una mujer con una bomba deambulaba por una de las entradas de Los Ceibos en Guayaquil y, a pesar de toda la película que las redes habían montado al respecto, la Policía salió a desmentir y tratar de tranquilizar a la población, inquieta por otro caso sí real que ocurrió junto al mercado de Sauces 9. Para entonces ya había inundado el mundo virtual también la imagen de un supuesto segundo deslave donde se busca con pico y pala a las víctimas de la tragedia de Alausí, hace seis días, y más de uno reaccionó con horror antes de darse cuenta de que el video no correspondía a esa zona del Chimborazo ni a la época actual.

El papa vestido como rapero para enfrentar el frío europeo; o Donald Trump sometido supuestamente por la policía y vistiendo de naranja, fueron otras de las imágenes creíbles que circularon por el mundo fake. Más creíbles ahora que la inteligencia artificial deja boquiabierto al mundo con lo que es capaz de hacer cuando ha alcanzado su mayoría de edad.

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Convulsión mundial

(...) son también como el cuchillo, que sirve igual para cortar el pan y alimentar al necesitado, como para matar.

Todo lo expuesto no hace más que ponernos en alerta. Una que no sepa diferenciar entre verdad y fantasía, que mezcle lo tangible con lo intangible y que nos haga tomar decisiones absurdas, ¿es la sociedad que queremos?

La capacidad de discernimiento que se logra con educación, pensamiento crítico y libre debate de ideas debe ser urgentemente inoculado en las nuevas generaciones digitales, que deambulan entre lo real y lo virtual como si estuvieran en una puerta giratoria, sin asombrarse, ni despeinarse.

Parafraseando a Álex Grijelmo, el sabio español del idioma, y su analogía sobre el lenguaje y el puñal, podríamos decir que la tecnología y las herramientas que ella proporciona son también como el cuchillo, que sirve igual para cortar el pan y alimentar al necesitado, como para matar.

Que la espuma de la ola no impida ver lo que está afectando al fondo del mar. (O)