Ideología es el estudio de una o un conjunto de ideas plasmadas en normas de comportamiento temporales insertadas mediante la doctrina en la mente del individuo y grupo, pueden tener carácter político, cultural, religioso, económico, militar, etc.

La ideología socialista-comunista es antagónica a la democracia, presiona en Ecuador y países de la región, aspira a llegar al poder totalitario por una revolución armada o mediante elecciones usando el disfraz de progresismo.

Para imponer una ideología política los pensadores y sus seguidores crean símbolos, dividen la sociedad entre buenos y malos, establecen enemigos, incitan al odio como sentimiento de enlace y recurren al populismo como su principal herramienta para llegar al poder. Algunos filósofos a quienes toman como guía:

Karl Max (prusiano 1818-1883), filósofo, escritor de libros sobre doctrina socialista-comunista, exalta la lucha de clases y coloca al proletariado como único sujeto político que debe llegar al poder mediante una revolución radical, eliminando la ideología antagónica del capitalismo.

Juan Carlos Mariátegui (filósofo peruano 1894-1930), fundó del partido socialista-comunista y la confederación de trabajadores del Perú, siguiendo la doctrina marxista-leninista; es considerado el primer marxista en Latinoamérica que proclamó que la masa indígena son los verdaderos proletarios y la necesidad de una revolución basada en los sindicatos.

Ernesto Laclue (argentino 1935-1984), filósofo, posmarxista, en su libro Hegemonía y estrategia socialista rechaza la lucha de clases como único sujeto político antagónico de la sociedad determinado por lo económico, propuesto por Marx; dice que una sociedad sin antagonismos es imposible, estos antagonismos deben articularse en una democracia radical para coordinadamente llegar al poder político a fin de someter o destruir al neoliberalismo y democracia liberal.

En Ecuador, Chile, Colombia y Perú, desde octubre del 2019, se han producido y producen protestas sociales y actos vandálicos realizados por fuerzas antagónicas con el mismo formato de la ideología socialista, articulando grupos con necesidades no satisfechas y sujetos políticos importantes como sindicatos, indígenas, gremios, etc.; lo grave es cuando la protesta supuestamente pacífica se transforma en violencia contra ciudadanos civiles, uniformados y destrucción de bienes públicos y privados.

Lo crítico es que los miembros de seguridad del Estado están limitados en el uso progresivo de la fuerza contra los violentos que inclusive los agreden, si son retenidos, las leyes y los derechos humanos son usados muchas veces para su protección.

En nuestro país recién empieza el Gobierno y sujetos políticos de ideología antagónica amenazan con la protesta social para desestabilizarlo, abriendo la oportunidad a los violentos, delincuentes y hasta narcotraficantes de generar terror en la población; identificarlos y neutralizarlos debe ser política del Gobierno y disponer que estas tareas las cumpla el servicio de inteligencia y fuerza de seguridad.

¡Gobierno, en junio 2021 no se repita un octubre 2019! (O)