Estamos viviendo uno de los momentos más tensos y preocupantes del siglo XXI gracias al gran kremlin. Pensar que la guerra entre Rusia y Ucrania no tiene un mayor impacto en los países de Latinoamerica y, en especial, nuestro lindo Ecuador es completamente errado.

El mercado internacional se podrá beneficiar y afectar de todos los efectos colaterales de esta guerra; por un lado, tenemos el precio del barril del petróleo que llego a los $ 100 esta última semana desde el 2014, lo cual es un beneficio para Ecuador. El precio del petróleo y el gas podrían seguir aumentando día tras día, de acuerdo a la intensidad de la guerra.

El incremento del precio del petróleo y gas no es una buena noticia para las industrias y el comercio en general, puesto que aumenta el precio de producción de los bienes, los fletes, distribución y en general, toda la cadena logística y de suministro se vuelve más costosa, lo que conlleva que el consumidor final tenga que pagar precios más altos por los productos y perdemos competitividad como país.

Otro actor importante que tiene impacto en la economía ecuatoriana es el dólar, mismo que se ha fortalecido con el inicio de la guerra, mientras que monedas como el euro y la libra esterlina se han debilitado, pero eso no es positivo para nuestro comercio internacional porque perdemos competitividad ante nuestros socios comerciales. Ecuador podría sufrir una reducción en sus exportaciones a varios destinos principales por el costo de nuestros productos, lo que afectará al país en la recuperación pospandemia.

Así también, el precio del trigo y del maíz se han disparado desde el comienzo de la guerra, ya que Rusia y Ucrania son de los mayores productores de maíz, trigo y aceite de girasol en el mundo. La afectación del maíz y trigo nos concierne porque sirven como materia prima para la elaboración de balanceado para la industria camaronera, entre otros. La industria camaronera también es un actor con afectaciones colaterales ya que en 2021 se exportaron aproximadamente $ 140 millones de dólares a Rusia.

Un gran perdedor en esta guerra es el sector bananero. Primero, la mayoría de fertilizantes se producen en Rusia y ahora se pronostica que el precio incremente aún más debido a su escasez. Segundo, Rusia es uno de los destinos principales para la exportación de banano ecuatoriano con una concentración del 25 % de la producción local.

Finalmente, otro sector que sentirá las consecuencias de la guerra serán las flores, que no podrán ser exportadas a Rusia y la zona Euroasiática en las celebraciones venideras como el día de la madre, que ha representado un gran rubro para ese sector, si la guerra se acentúa.

¿Qué podemos hacer? Podría ser una de las preguntas más difíciles de responder actualmente, pero sin lugar a duda, de los primeros pasos internos debería ser que el Gobierno ofrezca una disminución de cargas tributarias a esos sectores. Por otro lado, seguir fortaleciendo lazos con otros socios comerciales y buscar la apertura de nuevos mercados. No hay una fórmula mágica y las acciones se deberán ir definiendo con el paso del tiempo, pero al ser sectores tan relevantes para el sector exportador ecuatoriano es imposible que esta guerra pase desapercidiba. (O)