Por Stephen  Slaughter *

La comunidad científica de todo el mundo quedó impresionada y preocupada cuando la famosa cascada de San Rafael desapareció en febrero de 2020, lo que provocó la erosión regresiva del río Coca. 

La erosión amenazó infraestructura crítica y comunidades a lo largo del río Coca, por lo que, en respuesta a la solicitud de asistencia técnica enviada por el Gobierno del Ecuador, nuestro Gobierno convocó al Equipo de Respuesta Nacional. La respuesta nos brindó la oportunidad de prestar nuestra experticia a un problema único y complejo, al mismo tiempo que expandimos nuestra propia comprensión sobre procesos geológicos e hidrológicos.

Científicos estadounidenses, de ocho agencias del Gobierno de los Estados Unidos, reconocieron el fenómeno único de la erosión y sus repercusiones y potencial impacto. 

Por ello coordinaron virtualmente con científicos e ingenieros ecuatorianos del IIGE (Instituto de Investigación Geológico y Energético - Ecuador), Celec (Corporación Eléctrica del Ecuador), Petroecuador, y la Escuela Politécnica  Nacional, entre otros, para evaluar la situación y abordar este problema.    

Expertos con conocimientos  y perspectivas únicas solicitaron unirse al intercambio colaborativo, incluidos el cuencano y estudiante de posgrado de la Universidad de Illinois Bernardo Burbano; su tutor de hidrología, el doctor Marcelo García; y expertos del sector privado para ofrecer su tiempo para el avance de la investigación científica y el conocimiento compartido. Los científicos de ambos países recopilaron información y rápidamente produjeron informes y mapas, construyendo nuestro conocimiento geológico e hidrológico colectivo del área, para trabajar en la identificación de posibles soluciones.  

Con el tiempo, a medida que continuaba la erosión de la cascada y los equipos científicos comenzaban a comprender completamente los problemas tan complejos que se desarrollaban, se hizo evidente que no había soluciones simples disponibles para abordar los peligros sobre la infraestructura y las comunidades ubicadas entre la cascada de San Rafael y la captación de la central hidroeléctrica.  

La magnitud y el rápido desarrollo de la naturaleza de los eventos en el río Coca son extremadamente raros para que los científicos puedan ser testigos de esto, por lo que se ha necesitado de la colaboración de decenas de científicos de los Estados Unidos y del Ecuador, para identificar posibles soluciones a un problema que  continuará planteando desafíos en los años venideros.   

El lado positivo de esta terrible situación es que la colaboración entre científicos ecuatorianos y estadounidenses ha permitido a ambos países aprender y avanzar en los  respectivos programas científicos nacionales.

Todos ellos aportaron habilidades y conocimientos únicos a cada reunión virtual y a partir de estos conocimientos adquiridos, se buscará prevenir y abordar eventos similares en el futuro. (O)


*Geólogo - Coordinador de Respuesta a Deslizamientos de Tierra, Servicio Geológico de los Estados Unidos.