Han transcurrido dos semanas (al momento de escribir esta columna) de que un juez de una pequeña localidad de Santa Elena, pisoteando el debido proceso, concede habeas corpus al más corrupto político de la historia del Ecuador y determina que los años de cárcel que quedan de su condena los goce en libertad. Sin grillete, sin arresto domiciliario, sin que deje en fianza parte de su fortuna mal habida.

Es algo grotesco. Inaudito. Digno de un país de opereta.

Como encargado de los sectores estratégicos, Jorge Glas tuvo bajo su control las obras en las refinerías, en las que se gastaron $ 3.700 millones. La del Pacífico, en que todo lo que se avanzó fue en la compra del terreno y su pavimentación, se fueron $ 1.500 millones. Se fueron es la palabra. La Contraloría determinó una glosa de $ 1.200 millones.

Para la rehabilitación de la refinería de Esmeraldas, Chiyoda, la constructora original, ofertó $ 187 millones. Se rechazó esta propuesta y a la postre se gastaron $ 2.200 millones y la refinería quedó igual de mal que antes.

Si en total gastaron $ 3.700 millones y no hay nada que mostrar, ¿será acaso por inoperancia supina de Glas y sus secuaces? Muy ingenua esta posición. Hay que presumir coimas en los cientos de millones. El robo más colosal de la historia... ¿O no? Según estimado de las nuevas autoridades, la venta de petróleo a intermediarios ocasionó una pérdida de $ 4.226 millones frente a su venta en el mercado libre… Y las hidroeléctricas, que todavía no se reciben por tantas fallas. En fin. Los sectores estratégicos fueron inconmensurablemente lucrativos para ciertas autoridades. Toda esa descomunal corrupción y la insólita figura que el delincuente salga libre a pesar de las condenas de cárcel ocasionaron el enérgico rechazo de la opinión pública. Pero no basta. Ante la falta de acción de los poderes del Estado, toca a la sociedad civil organizada protestar y presionar para que estos –Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en particular la Corte Superior de Santa Elena– actúen para salvaguardar el honor nacional y retornen a Glas a la cárcel.

Una búsqueda de comunicados de la sociedad civil solo se encontró dos. El uno, del Comité Empresarial Ecuatoriano, que exige a las autoridades que “revisen y corrijan todas las irregularidades ocurridas dentro del proceso”. El otro, de Cauce Democrático, que aglutina ecuatorianos de importante trayectoria pública encabezados por el expresidente Osvaldo Hurtado, que solicita “al Gobierno nacional una esclarecedora explicación de los mencionados hechos y al Consejo de la Judicatura sancionar severamente al inescrupuloso juez de Manglaralto”.

No hay más. El presidente de la Federación de Abogados resalta que, si se generaliza el estándar aplicado a Glas, “tendríamos que liberar a los 40 mil privados de libertad que hay en el sistema carcelario”. Ya lo pidió el jefe de Los Choneros. Pero la Federación no se ha pronunciado oficialmente.

¿Cuál es el pronunciamiento de la Federación Médica Ecuatoriana respecto al fraude de los exámenes de Glas, que si fueran ciertos, Glas estaría recluido en el Lorenzo Ponce?

¿Y la Aedep? Su último comunicado es un rechazo a una decisión deportiva. El caso Glas es bastante más importante. ¿Y AER? ¿UNP?

Hacen falta sus pronunciamientos. Es la hora de la sociedad civil. (O)