Y con ustedes “los anarquistas” a los que dice no temer el presidente Lasso: Cámara de Comercio de Cuenca, Universidad de Cuenca, Politécnica Salesiana, Universidad Católica de Cuenca, Unión Nacional de Periodistas, Colegio de Ingenieros Civiles del Azuay, Colegio de Arquitectos del Azuay, Cámara de la Pequeña Industrial del Azuay, Cámara de Turismo del Azuay, Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Azuay, y al menos diez organizaciones más del Austro.

Estas entidades, y sus integrantes, se instalarán hoy jueves dos de marzo en la denominada Asamblea Ciudadana “Gran Cruzada por la Vialidad del Azuay”, que ha sido convocada por las cámaras de la producción del Azuay ante el estado de aislamiento, nada nuevo, en el que se encuentra la región por la desatención gubernamental en temas prioritarios de vialidad. “Anarquistas”, digo, porque esa fue la respuesta que dio Lasso ante el anuncio de movilizaciones convocadas por la Conaie para el 8 de marzo, en la ceremonia por los 194 años de la Batalla de Tarqui. Y desde Tarqui mismo le devolvemos esa “contrarrespuesta” en forma de “Gran Cruzada por la Vialidad”.

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Las carreteras del Azuay

El problema es que el primer mandatario, con este tipo de posiciones, solo evidencia que vive en permanente aislamiento de la realidad nacional, encerrado en una extraña burbuja que lo inmoviliza mientras las circunstancias lo empujan al despeñadero del que no se vuelve. Las razones sobran: el abandono del servicio público que ha puesto a los médicos de los hospitales públicos en las calles quiteñas; a los empresarios guayasenses en la desesperación por la inseguridad, y ahora a la comunidad azuaya organizada también protestando por haberla devuelto al aislamiento y falta de conectividad que atenaza a toda la actividad productiva. “Anarquismo” con viento en popa.

Una burbuja que los asesores presidenciales complacientes la pintan como un acierto, y no dejan que las voces de alerta terminen por despertar al presidente y al vicepresidente para que por fin fondeen con medicinas a los hospitales, den reparación y mantenimiento al sistema vial, devuelvan excelencia en la atención del servicio público en general…

Un presidente que no ve que el “anarquismo” es exacerbado por los escándalos de corrupción destapados por una prensa alternativa a la que ahora desprecia porque ya no le gusta que le miren sus propias costuras. Exacerbado por la selectividad con la que la justicia opera como parte de una ya vieja alianza.

Desde el Austro, sin que sea la primera vez que se proteste por este tema, la falta de conexión vial nos mantiene tan lejos del país que fomenta el empleo y la riqueza. La estabilidad y el progreso. La correspondencia económica con el Puerto Principal tiene tropiezos. El fomento del turismo se limita con la Amazonía y con el Sur. Ya para el norte no dan ganas de mirar. Razones suficientes para admitir el “anarquismo” de la protesta social como respuesta.

Lasso ha dejado acumular demasiados frentes, y ahora algunos de ellos son precisamente de quienes lo llevaron al poder: cámaras de la producción, colegios profesionales, asociaciones de industriales. Los mismos que desde hoy se sientan en la “Gran Cruzada por la Vialidad del Azuay”. (O)