Sabemos que la vida consiste en escoger… y además, ¡nunca saber si los caminos desechados hubieran sido mejores! Sucede en la profesión o el matrimonio…, en todo. Es la primera lección que aprenden los estudiantes de Economía, escoger está ligado a un costo de oportunidad, ligado al valor de lo que uno deja. Nuevas teorías nos dicen que por los avances tecnológicos (ciertamente maravillosos) estamos abandonando el mundo de la escasez para ir a la abundancia, y que estos dilemas ya no se presentarán. Gran error de concepto (creo): siempre nos enfrentaremos al dilema de decidir entre opciones, y en ciertos aspectos (como la información y el ruido informativo) más aún que antes… Y en la sociedad ecuatoriana, para el futuro, debemos tomar decisiones con base en criterios fundamentales (cada uno tendrá los suyos naturalmente).

¿Controles estrictos o confianza? Ejemplo, esto se aplica al impuesto a la salida de divisas (ISD). Unos dicen que si se lo elimina, saldrá dinero del país. Otros, que si lo hacemos en un entorno de confianza, eso no sucederá y más bien vendrían nuevos capitales. Quizás ambas posturas puedan tener la razón, pero la única alternativa válida para el país es la segunda. No podemos pensar: como generamos desconfianza, mejor evitémosla poniendo un muro alrededor nuestro (o en las relaciones personales, como desconfío, prohibir la salida de casa), porque además generar confianza es muy complejo y no lo vamos a lograr. Y más bien sí debemos pensar: hagamos las cosas de tal manera que exista confianza, sí lo podemos lograr, y echemos abajo este muro (que como todo muro tiene dos efectos, dificulta la salida y también impide la entrada).

¿Riesgo u oportunidades? Ejemplo, los tratados comerciales con países como EE. UU. Unos piensan: es riesgoso salir a comerciar con los que están más preparados y son más competitivos, mejor nos quedemos en casa, y no lo intentamos. Otros tienen el enfoque inverso: sin duda hay riesgos, pero las oportunidades son mayores, hay mercados más grandes, y ciertamente competidores fuertes con los que sí se puede competir (los mercados son así, siempre hay nichos y espacios por ocupar o crear). Bajo la primera filosofía, nadie emprendería en nuevos negocios donde ya hay otros (caso educación, ropa o alimentación), nadie saldría de su barrio donde está protegido, conoce el medio y hay riesgos más controlados. Pero es la segunda opción que mueve a la gente: pensar que la salida al mundo (fuera del barrio, ciudad o país) trae más oportunidades que riesgos.

¿Sociedad libre o sometida? Una sociedad libre se basa en el desarrollo del potencial individual con un importante componente solidario y de equidad que lo aportan los propios individuos y sus organizaciones más cercanas, a más del Gobierno por supuesto, y todo esto en marco del respeto a los derechos básicos y las correspondientes responsabilidades. Una sociedad sometida se fundamenta en la exigencia de un listado sinfín de derechos (sin que existan las responsabilidades ligadas a ellos) y un gobierno fuerte que debe cumplirlos y se convierte inevitablemente en un foco de poder casi único desde donde distribuye favores a sus ciudadanos-súbditos.

Así es la vida: escoger y asumir el resultado de lo que uno decide… (O)