“Dos policías fueron asesinados en el Guasmo”; “Un policía fue asesinado durante una persecución en el sur de Guayaquil”; “Asesinaron a policía en la isla Trinitaria”. “Dos agentes de policía fueron asesinados en el Guasmo norte”. Lo que antecede son algunos de los titulares de los diarios entre el 22 de febrero y el 30 de marzo de este año.

Corremos el riesgo de acostumbrarnos y verlos como algo cotidiano. Nos olvidamos de que la misión de la Policía es mantener la seguridad de la ciudadanía y el orden público y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del territorio nacional; y de que todos los días, cuando el policía se pone el uniforme y se despide de su familia, no sabe qué desafío le espera ni si volverá; y de que algunos, efectivamente, no vuelven, perdieron la vida cumpliendo su misión, por defender nuestra tranquilidad y seguridad.

Esto no ocurre solo en Ecuador; de hecho, esta reflexión la motivó la lectura de una nota periodística sobre el sepelio del cabo chileno Daniel Palma, asesinado cuando realizaba la inspección de algunos vehículos tras una denuncia de los moradores del barrio que habían oído algunos disparos.

Por supuesto que hubo críticas de personas de la oposición, reclamando por la inseguridad, pero lo que llamó mi atención fue la nota sobre el funeral que señala que a la misa asistieron cientos de personas que fueron a rendir homenaje a quien consideran mártir de los carabineros. Pero, además, asistieron varios alcaldes y altos funcionarios, el presidente de la Cámara de Diputados, el presidente del Senado, el fiscal nacional y los expresidentes Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. Esto es una buena lección. Entre el presidente Gabriel Boric y los expresidentes mencionados hay diferencias, no solo por la distancia generacional, sino también ideológicas. Boric ganó las elecciones candidatizado por la coalición Pacto Apruebo Dignidad, integrada por partidos y movimientos de izquierda, incluyendo al Partido Comunista. Piñera fue candidatizado y respaldado por Renovación Nacional, partido conservador liberal; la Unión Democrática Independiente, también de derecha; y Chile Primero, de tendencia liberal progresista. Ricardo Lagos es socialista y fundador del Partido por la Democracia, considerado de centroizquierda. Michelle Bachelet desde muy joven se adhirió a la juventud socialista y fue miembro del comité central del Partido Socialista de Chile; sin embargo, colaboró con los Gobiernos de Aylwin y de Frei, ambos democratacristianos.

Esta nota refleja madurez política al dejar claro que frente al enemigo común, en este caso la delincuencia, la respuesta debe ser unánime, no importa la ideología, partido, religión o edad. Ni el presidente en funciones ni los expresidentes permitieron que las diferencias los hagan olvidar que su país y su gente están primero.

Por otro lado, la masiva asistencia de ciudadanos a despedir al cabo Palma es un reconocimiento no solo a su labor individual, sino a la institución de la que esperamos garantía para nuestra seguridad y a la que le debemos respeto y respaldo.

Son dos ejemplos que nos dejan lecciones. (O)