En las democracias occidentales, esto es en aquellas que se han consolidado en países con tradición judeocristiana, y que se han sustentado en los principios de la división de funciones del Estado y los preceptos de libertad, igualdad y fraternidad, además de existir un conjunto de instituciones, y una estructura del Estado que busca garantizar los valores arriba mencionados, se dan también prácticas políticas de hecho, que son firmes a pesar de que no estén escritas en la Constitución o en las leyes.

Una de esas prácticas es darle un período al Gobierno, que usualmente se conoce como los 100 días, en que hay una tregua política. Es decir, la oposición, y todos los actores políticos permiten al nuevo Gobierno acomodarse, entender la situación que han heredado, y buscar las soluciones a los retos que debe enfrentar.

El gobierno de Guillermo Lasso, no tiene todavía una semana de inaugurado, cuando ya enfrenta en forma sistemática por parte de ciertos líderes de la Conaie y Pachakutik, una oposición irracional, un intento de sedición más que preocupante.

Por una parte, la presidenta de la Asamblea, cuyo discurso fue sereno, expresó que se debe llamar a juicio político al CNE y al TCE, por lo que sucedió en las elecciones del 7 de febrero. Este pronunciamiento puede dar lugar a una interpretación perversa: que el resultado de la primera vuelta es cuestionable, y que fue el candidato de Pachakutik quien debió pasar a la segunda vuelta. Esto es inadmisible. Guillermo Lasso pasó en forma legítima a la segunda vuelta y no puede haber sombra alguna sobre esto, y peor aún si viene de la Asamblea Nacional.

Leonidas Iza y sus seguidores ya están en una clara campaña para promover un levantamiento indígena para el 11 de junio, sin siquiera haberse sentado a dialogar con el gobierno, tratando de exigir un congelamiento del precio de los combustibles. No recuerdo una actitud similar en el pasado con ningún gobierno. También comentó que “esperamos que cuando las exigencias de la Conaie sean planteadas el presidente no responda con un TikTok”. Comentario desafiante, amenazante y directo contra el presidente de la república.

La respetable líder Lourdes Tibán dijo que si el Gobierno no hacía lo que debía de hacer, podría estar caído en menos de un año. Conociendo cómo actúa Pachakutik, este no es un comentario muy halagador, y presagiaría casi un plan o una estrategia, por lo menos da a entender que existe siempre esa semilla en dicha agrupación de tumbar gobiernos.

Salvador Quishpe amenaza que el Gobierno se irá al precipicio si osa concesionar empresas públicas, cuando la corrupción de Petroecuador y la ineficiencia de tanta empresa estatal, mantenida por décadas, clama al cielo porque se abran al capital privado, que el Gobierno no lo tiene.

Todos estos comentarios se han dado en menos de una semana de gobierno. ¿Están estas declaraciones concertadas? ¿Está la Conaie ya planificando lo que ya han hecho y siempre quieren hacer, que es tumbar a los gobiernos legítimos para establecer su nación propia?

Estos comentarios, más la impunidad por los hechos de octubre del 2019, dejan muchas dudas sobre la agenda real que tiene ese partido, y sobre el verdadero compromiso con la nación ecuatoriana, como la entendemos y amamos la inmensa mayoría de ecuatorianos a los cuales muchos de esos líderes nos consideran invasores, y que les hemos arrebatado su tierra.

Pachakutik tiene que hablarle claro al país. ¿Creen en el Rstado ecuatoriano? ¿Creen en sus leyes? ¿Creen en que existe un sistema judicial y un ordenamiento jurídico en el cual debemos resolver nuestras diferencias? ¿Aceptan como legítimo el resultado de las elecciones del 7 de febrero? ¿Reconocen la legitimidad de la presidencia de Guillermo Lasso?

Los líderes de la Conaie incendiaron la Contraloría, junto con otros grupos de la sociedad. Tan es cierto, que quienes fueron tomados presos en el mismísimo edificio de la Contraloría fueron luego liberados, con el argumento de que “culturalmente no entendían el tema”. Tomaron como rehenes a periodistas, a militares y policías, y los vejaron. Declararon y pidieron la desobediencia de los policías y militares al presidente legítimo de aquel entonces. Hablaron de que si era necesario tendrían su propio ejército. Han hablado de aplicar su ley, la ley indígena, y no las leyes del Ecuador, y han repetido en muchas ocasiones, que quienes no son sus símiles, son invasores, que les hemos arrebatado sus tierras.

Ante estos hechos totalmente comprobados, el país les exige hoy, siendo corresponsables del destino de la nación al estar ejerciendo uno de sus miembros la presidencia de la Asamblea Nacional, que nos indiquen con claridad su proyecto político, y si en definitivas cuentas, esta nación, el Ecuador, sus leyes, sus instituciones, son las que van a respetar, o nos van a exigir que tenemos que desbaratarla.

Por lo pronto, si quieren demostrar el comportamiento civilizado que existe en las democracias occidentales, deben saber que hay una tregua, y que el presidente Lasso, a una semana de gobierno, no puede ser sometido a este injusto chantaje. (O)