El 28 de enero del 2023 falleció en Quito Lía Vinueza Guzmán, periodista y entrevistadora de los años 80, siempre con la chispa prendida, ocurrida y creativa. Una frase de ella era “nos van...” porque señalaba que usualmente las decisiones y actuaciones de los que tienen espacios de poder –o posibilidad de trabar al poder– arrastran a los ciudadanos y al conjunto social, que, en los hechos, resultan víctimas indefensas ante tal arrastre.

¿Por qué hay que asumir los errores y las deshonestidades o los dispendios de actuantes en el poder, bajo el fatalismo de que no cabe otra cosa?

A veces hay ‘pataleo’ que se expresa en posibilidad de acciones judiciales y constitucionales, o en manifestaciones o protestas menos o más violentas.

Aun cuando quisiera creer, por el bien de la democracia y la institucionalidad del país, que las verdaderas motivaciones para votar ayer 5 de febrero del 2023 han sido las cívicas, las éticas y las valoraciones de los candidatos, quizás esto sería iluso, respecto a un número importante de sufragantes. Más aún por el número de papeletas y de candidatos, a más de las preguntas de la consulta, siendo casi imposible revisar los textos para decidir opciones. De hecho han sido beneficiarios los candidatos cobijados por fuerzas políticas y caudillos.

Podría ser que hoy entremos a una especie de chuchaqui poselectoral, al igual que cuando hay farras dispendiosas, se cerraron las campañas con euforia, casi todos declarándose triunfadores. Se buscó que lo festivo, jocoso y ridículo motive el voto.

Podría ser que hoy entremos a una especie de chuchaqui poselectoral, al igual que cuando hay farras dispendiosas...

En cuanto a los puntos de confrontación que se vinieron dando en semanas recientes, lo más probable es que se agudicen porque cada fuerza política valorará el triunfo, si lo alcanza, como incentivo para asumir fortaleza; y, si los resultados son negativos, posiblemente reaccionará “con sangre en el ojo” –venganza o resentimiento–.

Indispensable es que haya transparencia en todo lo que proceda investigar, no afán destructivo per se, no ocultamientos, ni encubrimientos, ni solo ofertas de futuras denuncias que generen la percepción que no hay elementos de prueba.

¿Hay voluntad de trabajar para coincidencias? Ni en la relación de Gobierno central con la Asamblea Nacional, ni en la del Ejecutivo con los gobiernos autónomos descentralizados, se evidencia la suma de voluntades, sino que se privilegia denunciar o acusar a quienes deberían coparticipar en las soluciones.

Los factores de crisis se multiplican, no se perciben resultados aun haya voluntad y declaraciones.

El crimen organizado y la violencia generan terror, porque se siente impotencia. La justicia lenta y trabada con acciones de protección evidentemente ilícitas.

La deuda interna no está verificada, hay saldos arrastrados de años, lo que a su vez conlleva la falta de capacidad de pago de los proveedores que no cobran, produciéndose acumulaciones viciosas de morosidad, caldo de cultivo de exigencias ilícitas para pagar.

La atención de la salud preventiva y curativa mejorando, pero sin llegar a niveles aceptables de eficiencia.

Hay que sumar y coincidir para soluciones eficientes. (O)