El Gobierno Nacional ha incluido el régimen de zonas francas en el proyecto de Ley de Inversiones enviado a la Asamblea Nacional. Esta propuesta deberá “pegar centro” en las metas nacionales de mejora competitiva, inversiones y comercio. Tendrá que satisfacer necesidades clave de sectores de alto potencial de crecimiento exportador. Las nuevas zonas francas deben atraer actores globales que transfieran tecnología, financiamiento, asistencia técnica y nuevos negocios internacionales a dichos sectores. Veamos por qué estas condiciones son necesarias:

Para que la apertura comercial sea causa de crecimiento, nuestros sectores expuestos a ella requieren aumentar productividad, rentabilidad y capacidad de innovación. Esto rige por lo menos para los sectores exportadores, llamados a crecer para paliar la pérdida de empleo que sufrirían sectores enfocados en consumo interno. ¿Qué hacer para que los sectores exportadores crezcan con la apertura comercial?

Aparte de petróleo, exportamos alimentos, que demandan procesos intensivos en mano de obra poco calificada. Los exportadores de pescado, camarón, mango, flores y banano, por citar ejemplos, han incrementado sus costos. Para procesadores con más de mil operarias, los $ 25 de aumento en el salario básico representan, como mínimo, un millón de dólares anuales más en el costo de la nómina, cada vez que ocurra. Además, la disminución del subsidio al diésel y los altos costos de transporte causados por la pandemia han aumentado costos de producción. Finalmente, la invasión rusa a Ucrania implicará pérdida de mercados, caída de precios y mayores costos de combustible, fertilizantes, etc. Si bien esto último ocurre para todos, competidores de otros países nos llevan ventajas en costos.

Exportadores de otras latitudes cuentan con préstamos a tasas de interés hasta cuatro veces menores a las tasas de interés vigentes en Ecuador. El financiamiento es clave para nuestros exportadores porque les toca pagar sus compras antes de cobrar sus ventas. En este escenario de baja rentabilidad e iliquidez, hablar de crecimiento es imposible sin mejorar productividad, bajar costos y sin contar con financiamiento barato.

Por lo expuesto, es necesario que las nuevas zonas francas nazcan de nuestros sectores exportadores y sean modeladas para sus necesidades estratégicas. Que sean recintos extraterritoriales, fuentes de financiamiento internacional, tecnología, asistencia técnica y nuevos mercados para exportadores. Que las zonas francas financieras sean ecosistemas de servicios financieros a bajo costo para el exportador. Que grandes centros de investigación generen desde ellas nuevas tecnologías para empresas exportadoras, con participación de las universidades nacionales. Que sean recintos desde donde operen las centrales de compra de grandes actores globales de la industria alimenticia.

Esta propuesta es atractiva y ganadora. Es atractiva porque el riesgo a evaluar por el inversionista será el de los mercados y clientes de nuestros exportadores. Ganadora, porque la exoneración tributaria será solo un atributo más. ¡Vamos, a “pegar centro”! (O)