La expresión se origina en el buen consejo de que debe estarse precavido ante circunstancias previsibles –a veces ante imprevistos, que pueden darse–. Desde cuidado en la circulación, “hay que llevar paraguas, por un acaso llueve”, o “siempre llevar algo de dinero, por un acaso de un daño en el vehículo”, hasta lo de mayor riesgo, “tomar precaución, por un acaso haya un asalto”.

Pero su uso se deformó hacia el sentido de que a conciencia se hacen cosas que no deben hacerse, “por un acaso” no se descubran.

Y esto, aun cuando existen aquellos que llegan a que nada les importa, como el caso del que invoca “que mi pareja no me engañe; pero, si me engaña, que yo no lo sepa; y si alguien, de maldito, me lo cuenta, que no me importe”.

En la última semana de abril del 2023, se publicó que la Contraloría General del Estado evidenció irregularidades en la contratación de personal en la Asamblea Nacional. De enero de 2021 a agosto de 2022, de una revisión de 196 contrataciones, en 188 expedientes los contratados no detallaron las actividades a desempeñar y su formación; en la mayoría de los casos, no era compatible con las responsabilidades a asumir. Además, en expedientes de servidores encargados de la elaboración y aprobación de informes para la contratación de personal –los funcionarios que debían revisar las documentaciones y eventualmente tomar pruebas– estos no cumplían con los requisitos de instrucción formal y experiencia. El examen concluye señalando que personal habría sido vinculado a la entidad sin cumplir con los perfiles requeridos y sin contar con documentación de sustento.

¿Nunca había sucedido antes? Realmente es una práctica repetida, creciente en la Asamblea y en otros espacios de la administración y gestión pública, y lo seguirá siendo, si no se pasa de la información publicada, que solo llega hasta escandalizar, a sanciones.

Su uso se deformó hacia el sentido de que a conciencia se hacen cosas que no deben hacerse, “por un acaso” no se descubran.

En obras y servicios, los concursos o las pujas, como es el caso para la limpieza en centros de salud, muchas veces están amañados: son los mismos oferentes interesados, con diferentes caretas y disfraces. Además, se multiplican los prestanombres. Se agregan condiciones que se orientan a impedir que concurran oferentes de fuera de los amañados. En los contratos de limpieza, se acusa que parte de la confrontación en el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS, en el sur de Guayaquil, fue sobre la prestación de ese servicio, confrontación que estaría atrás del asesinato –el pasado marzo del 2023– de Nathaly López, su directora administrativa financiera, que intentó poner orden.

En formas de acoso sexual, los casos son múltiples. La persona afectada a veces prefiere que no se sepa, para no ser objeto de burla. El reciente caso de un asambleísta que habría vinculado la posibilidad de trabajo en la Asamblea con una relación íntima, haya sido violación, como se denuncia, o solo ida “consensuada” (¿?) a un hostal, que argumentan quienes tachan que a ese asambleísta le tendieron una trampa, es ejemplo de “por un acaso” nada pasa. No es el primer caso ni será el último, pero nada justifica esa forma de “exigencia” o “invitación” a tener sexo. (O)