Como es usual, acudirán varios invitados especiales a la posesión de Guillermo Lasso, entre los cuales se cuentan algunos presidentes, exmandatarios y representantes de varios países, resultando sencillo deducir que la mayoría de gobernantes que vendrán a Quito responde a una línea de pensamiento político y económico identificada con la derecha, lo cual es positivo en la medida en que el presidente electo pueda sacar conclusiones de las lecciones y experiencias de ellos en el ejercicio del poder.

En ese contexto, debe estar convencido Guillermo Lasso de que poco positivo va a sacar del ejemplo de Jair Bolsonaro, símbolo del desconcierto e improvisación en la dirección de un país; sin embargo, de Sebastián Piñera, presidente chileno, sí podrá extraer conclusiones importantes, más allá de que le resulte muy complicado a dicho mandatario asumir el fuerte revés que sufrió su partido, y en general la derecha chilena, en la reciente elección de los representantes a la Convención Constitucional que tendrá la tarea de redactar la nueva carta magna en dicho país. En dicho sentido, Guillermo Lasso podrá sacar las conclusiones del porqué un presidente que llegó al poder en el 2017 con el 54% del respaldo del electorado vio desplomar en poco tiempo su aceptación, al punto que llegó a tambalear la democracia chilena, símbolo y ejemplo hasta hace poco tiempo para otros países de la región.

Iván Duque, presidente de Colombia, podría también aportar ideas interesantes respecto de lo que se debe hacer (y no) en el momento de sobrellevar una crisis social explosiva como la que está viviendo en este momento el vecino país del norte. Sin embargo, ante tanto cuestionamiento a los presidentes que representan la tendencia de la derecha, sería muy interesante que Lasso revise la eficiente gestión de Luis Lacalle Pou, mandatario uruguayo, quien tras años de la izquierda en el poder de su país, llegó a la Presidencia habiendo desplegado una reconocida labor que le ha permitido incrementar su nivel de aprobación a un 64%, una de las notas más altas a nivel global. Pero ¿qué ejercicio diferente ha hecho Lacalle Pou para que, luego de 13 meses en el poder, haya podido mantener un fuerte respaldo popular a diferencia de lo ocurrido con Bolsonaro, Piñera y Duque?

Si bien se argumenta que gran parte del respaldo a Lacalle Pou se debe a su estrategia en la lucha contra la pandemia, resulta indudable que su gestión en la seguridad pública y en la economía ha sido fundamental para avalar su éxito, “manteniendo los motores de la economía, brindando liquidez a las micros y pequeñas empresas, creando un seguro parcial”, así como cortando el gasto público que permitió que Uruguay ahorre alrededor de seiscientos millones de dólares el año pasado. Existe una percepción de que Lacalle Pou ha cumplido con sus promesas, lo cual no debería ser una tarea extraordinaria si se ejerce el cargo presidencial con eficiencia e inteligencia. Si las experiencias de Bolsonaro, Piñera y Duque han terminado siendo complicadas, la de Luis Lacalle Pou da alas a creer que sí es posible gobernar un país siendo de derecha y con pleno respaldo popular. (O)