Informaciones especializadas hacen saber de las múltiples bondades que acompañan al consumo de café. Una de las más recientes es la que aparece en la edición digital del 8 de enero del 2023 del medio español El País, en la que se señala, como conclusión de 200 metaanálisis, que beber tres o cuatro tazas de café por día reduciría significativamente el riesgo que conllevan diversas enfermedades, inclusive disminuyendo sus niveles de mortalidad. De observarse esta recomendación y promoverse debidamente, la demanda por la popular infusión crecería notablemente.

El Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) constató una mayor longevidad asociada a la degustación de café tras estudiar a 20.000 voluntarios durante 10 años, con una relación incluso más clara entre los mayores de 54 años. “El grueso de las enfermedades crónicas se produce en edades más avanzadas y es ahí donde el café puede tener un efecto más beneficioso”, señaló a El País Estefanía Toledo, una de las firmantes del estudio y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (Idisna).

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Con esa clara posibilidad, el café ecuatoriano que otrora marcara apreciables cifras de producción y exportación de más de dos millones de sacos tendría un espacio de crecimiento que justificaría, más que antes, poner en ejecución olvidados planes de rehabilitación, renovación de caducas plantaciones y siembras de nuevas con variedades de alta productividad de los grupos arábico y robusta, teniendo presente que ese cultivo acumula en el país invalorable experiencia en su manejo agrícola en casi todas las provincias y en activos centros de procesamiento. La importancia ecológica del café en Ecuador radica en la amplia diversidad de suelos en que se cultiva, fundamentalmente en ricos sistemas agroforestales que contribuyen a la conservación de los recursos filogenéticos, a la captura de carbono y al balance hídrico.

El nuevo impulso al cafeto deberían liderarlo los gremios agrícolas, revivir las cooperativas, en tanto que las asociaciones industriales esmerarse para que sus clientes en el exterior coparticipen de los esfuerzos que significará para agricultores, procesadores y exportadores el relanzamiento de la producción nacional que se reflejará en el fortalecimiento de los reducidos índices de exportación. Esa contribución tendrá que ser pagando lo justo por el seductor grano y apetecidos elaborados.

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El factor más importante de sostenibilidad sería reconocer un precio superior a los agricultores, no es posible que continúe la injusticia de recibir apenas un dólar por libra cuando ella rinde en restaurantes, cafeterías y sitios de expendio más de 140 dólares, clara ecuación de iniquidad que el mundo civilizado tiene que corregir. Hace poco se había iniciado un movimiento de alcanzar alzas equivalentes a 10 centavos por cada porción para dirigirlas a financiar planes de remozamiento de plantíos, abatimiento de la pobreza de las personas que laboran en las plantaciones y lugares de beneficio cafetalero. (O)