Una vez que el CNE ha proclamado oficialmente los resultados de la primera vuelta electoral, serán Andrés Arauz y Guillermo Lasso quienes disputen la Presidencia en segunda vuelta, luego de una turbulenta novela que aún no ha llegado a su fin.

En este punto de la campaña electoral, he considerado oportuno revisar con usted, amable lector, qué quiere el Ecuador.

Es decir, cuando un ciudadano analiza por quién votar en la segunda vuelta, ¿cuáles serán las consideraciones para decidir ese voto?

Evidentemente que no se trata de una matriz a la que se le cambia el nombre del elector; que cada individuo es un mundo, y que habrá factores importantes para unos e irrelevantes para otros. Pero el ejercicio que pretendo realizar en esta columna es identificar cuáles son los principales factores que considera un votante al momento de escoger su candidato.

En primer lugar, –desde siempre y mucho más con la crisis que vive el país producto de la delicada situación de la caja fiscal y sobre todo con el devastador efecto económico de la pandemia– la gran mayoría de electores quiere trabajo, en sus diferentes manifestaciones; fuentes de trabajo, dinámica de la economía, inversión internacional y nacional, pública y privada en actividades productivas.

En segundo lugar, seguridad; la gente quiere vivir en un ambiente en el que puedan salir de sus hogares sin terror de ser agredidos por la delincuencia común u organizada. No tener que llorar a sus muertos sin saber por qué; no volver a sus hogares con el corazón en la mano, hasta confirmar que todos sus familiares han regresado a salvo.

En tercer lugar, salud; si algo ha evidenciado la pandemia, mas allá de que encontró al gobierno con los bolsillos vacíos, es el desolador estado del sistema de salud estatal, que para la gran mayoría de ecuatorianos es la única opción cuando su vida o la de sus seres queridos está en riesgo.

Sin duda hay otros temas importantes, pero la data levantada a lo largo de los últimos años en el Ecuador revela que son esos los tres grandes temas que copan la cabeza y el corazón de la gran mayoría de ecuatorianos.

Corresponde ahora a los candidatos convencer a los electores de que ellos serán capaces de atender eficientemente esas necesidades, en caso de llegar a la Presidencia el próximo 24 de mayo de 2021.

A Arauz le toca convencer al electorado que no votó por él en primera vuelta, que su gobierno será diferente al que lideró Rafael Correa por mas de 10 años; y a Lasso, llegar al electorado que no votó por Arauz pero tampoco por él, con un mensaje esperanzador que los convenza de que es capaz de mejorarles la calidad de vida, fundamentalmente en esos 3 rubros vitales.

¿Será capaz Andrés Arauz de tomar distancia del correísmo sin romper con su línea dura?

¿Será capaz Lasso de sintonizar su mensaje al lenguaje de los demás votantes que no quieren votar por el correísmo, pero que tampoco lo escogieron a él en primera vuelta?

Seguiremos comentando. (O)