Luego de un proceso electoral candente, finalmente Ecuador ha decidido que el timón será manejado por un presidente de derecha con miras a la apertura comercial, generación de empleo, atracción de inversión extranjera, es decir, convertir a Ecuador en un país más atractivo para el mundo empresarial.

Es importante conocer de dónde partimos como país para saber cuáles son las expectativas reales que podemos alcanzar con las políticas públicas de apertura comercial. Primero, el PIB per capita en exportaciones (no petroleras) de Ecuador es de aproximadamente $ 1.100, mientras que el PIB per capita mundial promedio en exportaciones es de $ 2.500, lo que significa que actualmente Ecuador tiene un déficit de aproximadamente $ 1.400 per capita, pero ¿qué hacer para reducir esa brecha?

Para disminuir esa brecha se necesitan varias cosas, una de ellas es tener una herramienta que permita la generación de empleo, contar con inversión extranjera, generar cadenas globales de valor y que se promueva una oferta exportable con valor agregado. La herramienta que ha demostrado que pueda proveer de todos esos elementos son las zonas francas, que en países como República Dominicana y Colombia han sido la columna vertebral durante la pandemia para sostener la economía.

Si bien existe cierto reparo a las zonas francas por su mala concepción en el pasado, las políticas públicas de zonas francas hoy en día permiten que se generen hasta el 1% de empleos de la población del país, esto quiere decir que Ecuador tiene una potencialidad de crear hasta 180.000 nuevas plazas de trabajo entre directos e indirectos. Además, se busca que sea un régimen impulsado por el sector privado pero con una agenda de promoción por parte del público.

El país debe de volcarse a una estrategia fuerte y agresiva de promoción porque recordemos que nuestros vecinos como Colombia y Perú han tenido casi catorce años de ventaja, es momento de tomar la batuta y ser pioneros en incursionar con las nuevas modalidades de promoción de exportaciones y no solo enfocarse a lo tradicional, tenemos que romper moldes y esquemas para sobresalir e impactar al mercado internacional.

Es necesario contar con una administración aduanera competitiva a nivel regional, donde esta sea un aliado del operador de comercio exterior y no su rival, debemos de dejar a un lado la visión estatista y separatista entre instituciones públicas y el usuario. Por el contrario, es momento de tener instituciones que sean soporte de los usuarios para que estos se vuelvan más competitivos y, de esa manera, la economía ecuatoriana pueda crecer y reactivarse.

Todos somos Ecuador y juntos debemos reactivarlo, no importa si estás en el sector público o privado, siempre se puede aportar. Desde no entorpecer procesos dentro del sector público hasta generar pactos entre privados para creación de nuevos negocios. Por eso, es importante que Ecuador tenga líderes con capacidades técnicas y visión estratégica que permita hacer un verdadero cambio en las instituciones públicas y que se generen alianzas que ayuden a la reactivación del país de manera urgente. (O)