Un dato revelador es que el promedio de duración del gerente general de Petroecuador, PEC, durante medio siglo de existencia es de nueve meses. En el actual Gobierno ha habido dos titulares y dos subrogantes en dos años. Es el reflejo de una débil institucionalidad que compromete la puntual ejecución de las políticas públicas.

Resulta crítica la constante disminución de la producción de crudo. En 2020 fue de 128 millones de barriles, mientras que en 2022 se redujo a 114,5 millones, caída camuflada por el aumento de precio del petróleo que permitió pasar de una venta anual de 4,5 a 9,7 mil millones de dólares, más del doble, con una pérdida de volumen de 10 %. Sin inmediatos correctivos, esta curva de descenso va a continuar.

En dos de los cuatro campos petroleros declarados en ‘fuerza mayor’ ya se reactivaron las operaciones

Una señal de la decadencia del modelo del sector basado en el nacionalismo y estatismo del siglo XX. La presencia disruptiva de la empresa privada en una docena de proyectos emblemáticos que transformarían la industria sigue refrenada por la falta de decisión política.

La licitación internacional para apagar 440 mecheros, altamente contaminantes, en campos del nororiente ecuatoriano se declaró desierta. Participaron tres empresas, pero al ajustar las bases exigiendo la garantía de seriedad de oferta, solo una cumplió con el requisito. Su monto 740 millones de dólares, financiada por un fondo de inversión de las tribus indígenas de Texas, a fin de evitar la quema del gas asociado que representa el equivalente a 25 mil barriles de crudo diarios. Un informe jurídico de la Procuraduría de PEC que tenía apenas un párrafo ambiguo, obstruyó la adjudicación.

Producción petrolera sufrió caída de producción el 18 de marzo, pero ya registra incremento, según datos de Petroecuador

En 2022, Ecuador consumió 248.500 barriles de derivados ligeros diarios, importando 155.900 del total, el 70 %...

El proceso de la reparación y construcción del tren de alta conversión de la Refinería de Esmeraldas, que es un proyecto que prevé una inversión 100% privada de $ 2.000 millones, se mantiene en suspenso debido a que la comisión interinstitucional responsable se deshizo a raíz de la renuncia del anterior gerente de PEC y no ha sido reconformada. Entre tanto, el sistema nacional de refinación se encuentra en estado deplorable.

En 2022, Ecuador consumió 248.500 barriles de derivados ligeros diarios, importando 155.900 del total, el 70 %, a un costo de 7.600 millones de dólares. Es previsible que, ante un crecimiento anual de hasta dos dígitos, impulsado por el contrabando, pronto estará en 80 % o 90 %. El concepto de soberanía energética no puede ser denegado considerando el riesgo de un eventual desabastecimiento de gasolinas y diésel por problemas en la cadena de suministro, transporte y almacenamiento, más aún considerando la limitada capacidad de los reservorios de Esmeraldas y Santa Elena, con el 30 % de sus tanques fuera de servicio.

Al tiempo, el proyecto de desviación de los dos oleoductos –SOTE y OCP–, así como del poliducto Shushufindi-Quito en la zona de erosión regresiva del río Coca, se encuentra en fojas cero. Pese a que el transporte de crudo se interrumpió 16 días en noviembre de 2021, provocando una pérdida de $ 600 millones, PEC todavía no convoca al concurso respectivo por falta de un estudio referencial.

Hay más razones para el anuncio clasificado. PEC necesita con urgencia un gerente titular. (O)