Sean luz, sean sal. El domingo de elecciones los textos religiosos que se escuchan en muchas iglesias hablan de la luz y la sal. Frente a los múltiples desafíos, los seres humanos buscamos a quien confiar nuestras esperanzas, deseos, aspiraciones y la concurrencia de creyentes es mayor. La espiritualidad que muchas veces se refleja en religiones es un espacio privilegiado para encontrar la fuerza y el impulso donde confiar el futuro nuestro, del país, de la sociedad.

Siempre he amado las parábolas que atraviesan siglos porque sus comparaciones son símbolos que se adaptan al paso del tiempo y adquieren nuevos significados según la realidad que vivimos.

La luz nos permite ver, calentarnos, pero cuando estamos inmersos en ella deslumbra y enceguece, puede quemar y hacer un incendio. Desde dentro no se ve. La luz es para los demás no es para ella misma. Su ausencia transmite inseguridad, miedo; su presencia hace visible aquello que ya estaba ahí, aquello que existía. No agrega nada, solo manifiesta lo que hay. Los distintos matices de la luz aportan alegría, admiración, sosiego. A veces incomodidad, cuando descubren aquello que estaba oculto, en las sombras. El estallido de luces es símbolo de alegría y festejo, de risas y abrazos, de fiesta y de paz.

La luz no puede iluminar una cosa sí y otra no. La sal en la (...) comida no escoge a quien salar y a quien no.

La sal resalta sabores, su ausencia hace la comida sosa, insípida, Sobre todo, en los pueblos orientales está asociada a la amistad, a la acogida, al buen augurio. Compartir el pan y la sal es una expresión que perdura hasta hoy en muchos países. La encontraron en la estación espacial a la que llegaron los astronautas Yuri Romarenko y Aleksander Laveikin, el 8 de febrero de 1987, cuando realizaban su primer viaje espacial. Era el símbolo de bienvenida que le dejaron sus antecesores.

La palabra salario proviene de la pequeña cantidad que se daba antiguamente a los trabajadores, que se convirtieron luego por extensión en asalariados.

Para las personas que fueron escogidas el día domingo, todavía no se conocen los resultados mientras escribo, contar con el honor de haber sido escogidos, demanda de ellos lo que Jesús pedía: ser servidores, coherentes, arriesgados, creativos, luz que nace de ellos e ilumina la realidad que los rodea. Luz que descubre la corrupción, las necesidades, las injusticias y las tareas por hacer. Luz que aclara caminos por recorrer, que ahuyenta miedos, y convoca a la alegría.

Elecciones seccionales de Ecuador 2023

Ser como la sal, que se disuelve para resaltar sabores. Un político que no reclama honores ni carteles cuando hace algo, sino que se alegra del nosotros que utilizan los ciudadanos para decir: lo hicimos. Que no reclama derechos de autor, sino que vela que los planes se cumplan, la seguridad sea una realidad, la educación de calidad, la desnutrición ceda terreno y el empleo no sea una lotería de recomendaciones, sino un logro que permita vivir sin la angustia de lo que podrá pasar mañana.

Ambos, la luz y la sal, cuando son efectivas, actúan en todo el conjunto. La luz no puede iluminar una cosa sí y otra no. La sal en la misma comida no escoge a quien salar y a quien no. Los políticos elegidos están al servicio de toda la sociedad, hayan o no votado por ellos, su tarea es resolver, tender puentes, convocar, unir. (O)