Ciertamente caminamos, y hay que alegrarse, con cautela pero descartando la natural tendencia “siempre hacemos mal las cosas”.

Vacunación. Tan exitosa que estos días somos el país con más vacunados (en relación al tamaño de la población, naturalmente): entre 250 y 300 mil dosis diarias. Para ilustrar, esto significa que en menos de 100 días vacunaríamos con 2 dosis al 70 % de la población, 12 millones (inmunidad de rebaño). El Gobierno ha hecho lo suyo (conseguir vacunas, distribuirlas y seguir vacunando) y el sector privado, un aporte enorme. Hacemos las cosas con incentivos adecuados. ¿A las empresas les interesaba poner recursos para vacunar? Obviamente, porque quieren trabajadores vacunados para operar mejor, familiares vacunados buscando un entorno más seguro y gente de la comunidad vacunada para que todos ganemos (además, como señala mi colega Luis Espinosa, hay sana competencia entre empresas para hacerlo mejor que el vecino). La natural mezcla de interés propio y altruismo… pequeña nota de vanidad: ya en febrero, con Luis habíamos planteado en Koyuntura Express de la Universidad San Francisco, con cifras precisas de costos y alcance, la absoluta necesidad de involucrar a las empresas.

Petróleo. El Gobierno ha planteado un plan completo en el área petrolera. ¿Corrupción? Veamos, al menos, cómo se manejó la comercialización de petróleo en los últimos diez años, sancionemos y montemos un sistema más transparente. ¿Producción y exploración de nuevos yacimientos? Busquemos los contratos más idóneos, para que inversionistas privados de calidad inviertan, asuman riesgos inherentes a esta actividad y el Estado (nosotros) reciba una parte justa como propietario. ¿Esto implica entregar las joyas de la corona? Para nada, implica que el Gobierno se centre en sus actividades prioritarias, como educación, salud, justicia o seguridad, y dejar las actividades riesgosas (el petróleo lo es, sin duda) a los privados. ¿Refinerías? Igual, evaluación y mejores inversiones… intentar hacer todo de todo, lleva a no hacer nada bien… y al hablar de petróleo, recordemos que el precio internacional está bastante más alto de lo esperado: alrededor de 75 dólares el barril, cuando hace apenas un año estábamos hacia 10 dólares (¡un día incluso en negativo!).

Aranceles. El Gobierno ha planteado una larga lista de productos cuyos aranceles bajan o se eliminan. Siempre estar conscientes de que la apertura al mundo es esencial para el desarrollo, más aún de países pequeños. La frase de Lasso “más mundo en Ecuador, más Ecuador en el mundo” es 100% cierta. Solo entre EE. UU. y Europa hay 700 millones de consumidores con un nivel de ingreso 6 veces superior al nuestro. Venderles más genera empleos, ingresos, riqueza. Pero al abrirnos, ¿no estamos dejando que ellos también entren acá? Obviamente eso es el comercio: ganancias de ida y vuelta. Al comprar más y mejor, mejoramos nuestra calidad de vida o nuestra capacidad productiva. Obviamente hay que abrir los ojos. Al proceso de vacunación aún le falta mucho, y hay una nueva cepa que ataca. Hay otras reformas como la laboral, fiscal o de la seguridad social que son esenciales, delicadas, aún desconocidas, y requieren parcialmente de apoyo político y eso no es aún obvio… pero si así llueve, que no escampe. (O)