… mejor aguántate un poco. No se sabe cuál Gabriel Boric va a gobernar, si el de la primera vuelta o el de la segunda. De eso depende cómo te iría en Chile.

El Boric de la segunda vuelta es moderado. El exdirigente estudiantil, que quedó segundo en la primera vuelta, se desplazó más rápidamente al centro que su rival. Se acercó a los socialistas de la Concertación, y contó con el apoyo de los expresidentes Lagos y Bachelet. Esto le permitió captar el grueso de los que votaron por otros candidatos, a lo que sumó los que recién se incorporaron en el balotaje: captó el 62 % de la nueva votación sumada de los dos candidatos. Salvando las enormes diferencias ideológicas, fue un fenómeno parecido al que le permitió a Guillermo Lasso ganar la Presidencia.

Se sostiene que Boric, que no tiene mayoría en el Congreso, necesita el apoyo del centro político para gobernar, socialistas y democristianos, lo que requiere abandonar radicalismos. Que habrá más gasto social y mejoras en la educación. Que Boric volvería a un sistema de pensiones de reparto (como el que hay en Ecuador), aumentaría el impuesto al 1,5 % más rico (en Ecuador con Lasso fue al 3,5 %) y elevaría el salario mínimo. El partido Comunista brama por bajar la semana laboral a 40 horas, con lo que Chile sería el segundo país entre las ocho mayores economías de América Latina en adoptarlas. Hoy Ecuador es el único y las tiene desde 1980.

Bajo esa visión, el giro a la izquierda con Boric acercaría a Chile a lo que en Ecuador es centro.

Este es el Boric que contó con el apoyo casi unánime de la prensa internacional, que lo calificó de “progresista”, mientras que a su contrincante, que alarmaba a la prensa por su simpatía por Pinochet, lo tildó de “extrema derecha”.

Pero hay el Boric que surgió de la primaria de la extrema izquierda, derrotando al candidato del partido comunista, partido con el que entabla alianza para las elecciones; el comunismo va a entrar al Gobierno. El que en la primera vuelta anunció que enterraría al neoliberalismo, sugiriendo el fin de la economía de mercado que le ha traído tanta prosperidad a Chile. Este Boric de segunda vuelta enviaría proyectos de ley radicales a la Asamblea, que serían rechazados, y por lo tanto buscaría azuzar a sus seguidores contra el Congreso, creando un clima de inestabilidad, como el de 2019, cuando tuvo protagonismo. ¿Pediría apoyo a Podemos, el partido español que asesoró a Chávez, Evo y Correa?

Hay una dimensión de Boric, no económica, resultante de ser el primer presidente sudamericano de su generación: la enorme importancia que le da a temas ecológicos y de género: tuvo el apoyo de los LGBT.

No hay certezas. El excanciller de México y profesor de la Universidad de Nueva York Jorge Castañeda considera que Boric estará más cerca de la socialdemocracia que de la izquierda anacrónica y estatista donde él pone a Maduro, Ortega de Nicaragua y a Correa.

Pero al capital no le gusta el riesgo político. El lunes después de la elección, la Bolsa de Santiago cayó 7 %, el dólar trepó 4 %. En Miami deben haber subido de precio los bienes raíces.

Para Ecuador, al igual que para Chile, sería conveniente que gobierne el Gabriel Boric de la segunda vuelta. Contribuiría a sepultar, por caduco, el modelo del socialismo del siglo XXI, que amenaza con volver en 2024. (O)