Son varios cantones a nivel nacional que han restringido la circulación de vehículos principalmente en horas de la noche, como es el caso de Esmeraldas, cuyo horario de restricción vehicular empezará el 1 de abril desde las 00:00 hasta las 04:00, a este se le suma Santo Domingo, entre otros. Se entiende claramente que la idea del COE de cada cantón es evitar la aglomeración y la circulación de personas por motivos que no sean indispensables. No obstante, esta medida es poco eficiente, pues las aglomeraciones de personas no se dan entre las 00:00 y 04:00, se dan usualmente a vista y paciencia de las autoridades y de la policía nacional en zonas de la urbe destinadas al ocio y en espacio familiares en horarios indistintos.

Las autoridades enfatizan en que sea la ciudadanía la que cumpla las disposiciones de seguridad y que también respete las medidas de bioseguridad; no obstante, está más que demostrado que como ciudadanos somos incapaces de acatar estas normas que nos ayudarán a salvar nuestras vidas y las de nuestras familias. La historia es similar a la del inicio de la pandemia, en donde en vez de reforzar la infraestructura hospitalaria con respiradores mecánicos, las autoridades desviaban la atención regalando fundas de alimentos para un solo día, para hacer pensar a la población que estaban gestionando de buena manera la crisis sanitaria. Ahora, y bajo el nuevo escenario económico, no debemos centrarnos en restringir el movimiento, debemos centrarnos en tres aspectos fundamentales:

El primero es definir de manera rigurosa el plan de vacunación, para que puedan ser los grupos vulnerables y productivos los que se beneficien, mas no la lista vip que se maneja hasta ahora. El segundo aspecto es la adecuada gestión de los recursos hospitalarios, entendiéndose por estos al capital humano y a los fármacos e instrumentación necesaria para cada etapa de hospitalización de los pacientes que padecen el SARS-CoV-2 y las afecciones pulmonares. Por ejemplo, la escasez de oxígeno que se vive en los hospitales resulta un aspecto fundamental a solventar, pues de esto depende la vida de los hermanos ecuatorianos. El tercer aspecto, y dentro de las medidas de bioseguridad, es normar el aforo en los lugares públicos y escuelas. La pandemia no pasará pronto y evitar la propagación del virus mediante herramientas tecnológicas debe ser la prioridad de este gobierno y del gobierno sucesor. Si las personas no respetan el aforo y los comerciantes hacen caso omiso a este, dotemos a la Policía de instrumentos para poder hacer cumplir esta disposición. Se deben colocar sensores de calidad de aire que al sobrepasar ciertas concentraciones de gases, emitirán una alarma como si fuese el botón de pánico de los locales comerciales hacia la UPC más cercano. De esta manera, la policía podrá acudir rápidamente al local e inclusive se podrán colocar sanciones económicas al establecimiento. Está demostrado científicamente que cierta concentración de gases obedece a la acumulación de personas y también se ha demostrado que esto provoca una mayor probabilidad de contagio del virus. ¿Qué esperamos? (O)