El 26 de marzo esta columna se tituló ‘El error de hacer oídos sordos y ojos sin ver’, para referirse a estudios científicos y gubernamentales sobre sectores de riesgo, a investigaciones que podrían ser insumos para la prevención, pero la noche de esta misma fecha Alausí, en Chimborazo, se convirtió en una estremecedora noticia por un deslizamiento que hasta ayer contaba al menos 7 muertos y 46 desaparecidos.

El domingo se escribió específicamente de estudios respecto al calentamiento global y el aumento del nivel del mar en las zonas costeras, que podrían desaparecer hasta el año 2050.

Moradores del barrio Casual, en Alausí, evacúan casas ante el temor de otro deslizamiento

De Alausí se conocía ya de una falla geológica antigua. El 27 de noviembre de 2014 se produjo un deslizamiento que afectó la circulación en la vía Alausí-La Moya-Achupallas, al tiempo que puso en alerta a 48 familias de Bactinag.

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Entonces, la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) dispuso una inspección para determinar la urgencia de una evacuación. El mismo organismo quedó con la tarea de volver al sitio para descartar zonas de similar vulnerabilidad.

Las imágenes de la tragedia en Alausí: destrucción de casas y bienes públicos

Hay reportes de que la Secretaría de Gestión de Riesgos ha efectuado inspecciones en 2011 y 2014, alertando de afectaciones que habrían sido provocadas por las lluvias, fallas geológicas y presencia de canales de riego. Hay otras más recientes.

La pregunta que salta de inmediato es por qué ahora estamos lamentando el deslizamiento que, según el ECU911, sepultó a los barrios La Esperanza, Control Norte, Nueva Alausí, Bua y Pircapamba. ¿Se pudo haber evitado esta tragedia si se reubicaba a las familias?, ¿quiénes son los responsables de que no se hayan hecho evacuaciones a tiempo? Los expertos podrán confirmar si las evidencias de las fallas geológicas permitían tomar decisiones y prevenir esta desgracia.

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Ahora este sector del centro del país requiere atención, Ecuador llora a sus muertos, pero no se puede seguir haciendo oídos sordos y taparse los ojos ante las advertencias, hay que prevenir, y si no se lo hace hay que sancionar. (O)