Con el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil creció en la región el predominio de gobiernos socialistas en el ejercicio del poder; las excepciones las constituyen Ecuador, Uruguay y Paraguay. Aunque hay analistas que sostienen que los electores ya no votan por ideologías sino por candidatos, la evidencia pareciera indicar que a las mayorías en los países de América del Sur las persuade el discurso de la izquierda.

Poco influye que haya administraciones desastrosas de esa tendencia que, para no soltar el poder, maniobran en aparente democracia mientras las sociedades se polarizan, terminan migrando, pero los candidatos siguen ofreciendo lo que saben que no podrán cumplir, conocedores de lo que la ciudadanía espera oír para entregarle su voto esperanzada en que, esta vez sí, su líder le resuelva sus angustias.

Lula ganó la primera vuelta del 2 de octubre con el 48,4 % de los votos, y con miras a la segunda vuelta logró el apoyo de los candidatos de centro que habían quedado en tercer y cuarto lugar. También recibió el respaldo de figuras que en el pasado no los hubieran apoyado. Pero obtener respaldos de otros políticos para llegar al poder es una primera parte; la otra consiste en mantener esos respaldos. Y de ello puede depender en gran medida el tipo de gobernabilidad que logre.

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‘Fake news’ electorales

¿Qué Brasil deja Jair Bolsonaro? Uno que no alcanzó a recomponer. ¿Será viable el Brasil que promete Lula en su tercer mandato? ¿América del Sur, en su mayoría gobernada por líderes de izquierda, puede aspirar a administraciones con respuestas a demandas sociales que se satisfagan con políticas sustentables que no sean ‘pan para hoy y hambre para mañana’?

Se esperaría que en la actualidad, cuando los políticos pueden tener un contacto directo con sus electores y con quienes votaron por el candidato opositor, facilitado por internet y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, esto pudiera producir un mejor entendimiento del sentir y de las necesidades de los segmentos sociales para diseñar políticas más inclusivas. (O)