Hace diez meses el Ministerio de Salud comenzó a implementar un programa llamado Medicina Cerca, en asociación con farmacias privadas, para facilitar el acceso a las medicinas del cuadro básico del sistema de salud público que no están disponibles en los hospitales, sin embargo, su efectividad ha ido bajando por varios factores.

Uno es la ejecución del presupuesto, puesto que se estimaba que se iban a gastar $ 16,5 millones en las tres fases de su implementación, pero la asignación al final bajó a $ 14,3 millones, de los cuales se ha utilizado solo el 3 %. Esas tres etapas se esperaba cumplir hasta abril de este año, pero hasta el momento se ha implementado la primera y parte de la segunda, en 18 hospitales del país. En total 53.000 recetas se habían retirado en los primeros cuatro meses. En tanto que en los siguientes seis meses el número disminuyó a menos de 17.000 recetas, según palabras de representante de las farmacias, debido principalmente a que han sido abastecidos por los mismos hospitales.

Otro es la falta de la actualización de documentos de los convenios con el Ministerio de Salud, lo que ha provocado que usuarios que venían obteniendo su medicina con su receta electrónica en farmacias privadas comunicaron que no lo pueden hacer desde hace varios meses.

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Desde los gremios relacionados con esta problemática hacen un llamado para mejorar el proyecto, ya que piensan que para tener éxito debe extenderse a todo el país y requerir que las farmacias tengan todos los medicamentos y en el volumen necesario. Además de pedir que farmacias que no son parte de las grandes cadenas se puedan sumar.

Estaba previsto que el IESS, el Issfa y el Isspol también se unieran al programa de Medicina Cerca, pero aún no lo hacen.

El programa, según datos oficiales, tenía como otro objetivo evitar perder dinero público por la corrupción interna. Algo loable, pero las cosas deben funcionar correctamente y de manera más clara y amplia para que no haya cuestionamientos y pueda servir realmente a la población. (O)