El objetivo primordial de la presente administración es la reactivación productiva del país. En el contexto de la pandemia la prioridad ha sido implementar la vacunación masiva que está en progreso; esta semana se ha dado el siguiente paso al anunciar la reducción arancelaria que beneficia al sector agrícola, industrial, de tecnología, plásticos, manufacturas y automotriz.

El ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, Julio José Prado, informó que las tarifas aplicadas a las importaciones bajarán para 667 partidas. La reforma, que calificó como “la más grande y la más importante de la última década”, incluirá a 81 sectores productivos a nivel nacional, abarcará insumos, bienes de capital, materias primas y se prevé que rija a partir de agosto.

Ciertamente, la recaudación fiscal sufrirá una merma de $ 180 millones; sin embargo, con esta medida se intenta que mejoren los costos de producción para el sector empresarial. Los beneficios se medirán en varios órdenes, redundando en empleos y dinamismo comercial.

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Prado ha señalado que más de 22.000 empresas formales han desaparecido en Ecuador durante la pandemia, lo que ha significado pérdidas que superan los $14.500 millones en ventas, sumiendo en una grave crisis a los sectores productivos.

De las 667 partidas, el 88 % tendrá una reducción inmediata al 0 % de arancel. El resto tendrá reducciones al 5, 10, 15 y 25%. Equipos de comunicación y computadoras bajan a 0 %. Del total de las partidas, 328 pertenecen a maquinaria y equipo para la agroindustria.

La revisión de tarifas arancelarias y la simplificación de trámites facilitan el comercio y mejoran la competitividad. Se desarrollan también estrategias para captar inversión privada. Las reformas legislativas que se requieran para su implementación merecen ser respaldadas en aras del beneficio para la población ecuatoriana, que está ávida de nuevas oportunidades para salir del estancamiento derivado de la crisis sanitaria y económica acarreadas por el coronavirus. (O)