La jornada electoral se inició con el impacto de una noticia que recorrió todo el país la noche anterior: un candidato a la Alcaldía de Puerto López, Manabí, fue asesinado, convirtiéndose en el segundo postulante victimado en la etapa electoral.

Este caso se presentó cuando Ecuador debía estar concentrado en el periodo de reflexión, más allá de que en las redes sociales se irrespetó totalmente el silencio electoral e incluso durante las diez horas de sufragio se lo hizo, pero ese es un punto aparte en el que el Consejo Nacional Electoral se ha declarado incompetente de controlar. Antes del suceso en Puerto López un candidato a la Alcaldía de Salinas, en la provincia de Santa Elena, había sido asesinado (21 de enero) y en Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Los Ríos hubo denuncias de ataques con disparos o explosivos durante la campaña.

Un evento democrático en el que los electores deben acudir a las urnas para elegir a autoridades locales, al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y decidir en el referéndum se desarrolló en medio de la tensión por estos hechos violentos que eran reproducidos en redes sociales entre acusaciones a contendores.

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Elecciones seccionales en Ecuador 2023

En Manabí se empezó a difundir un video de un grupo de hombres encapuchados que afirman harán limpieza de personas vinculadas al narcotráfico. Entre quienes compartieron la pieza en Twitter está el asambleísta Fernando Villavicencio.

Es preocupante que surjan supuestos grupos justicieros, personas encubiertas que pretenden convertirse en jueces. Los vacunadores, los narcotraficantes, asesinos y todos los delincuentes deben ser castigados con la severidad de ley.

Es lamentable que la desconfianza en algunos jueces lleve a que se respalde a quienes impulsan la justicia por mano propia. No se puede perder el norte, las autoridades deben reaccionar para que Ecuador no siga cayendo en el abismo de la violencia. La ciudadanía espera que los delincuentes estén tras las rejas. Violencia engendra más violencia, dice un viejo y sabio adagio popular. (O)